Con casi un tercio de su población con 65 años y más, Japón posee la población más anciana del mundo y eso está provocando una grave escasez de mano de obra.
Una situación que ha afectado, especialmente, a las tiendas de conveniencia. La rápida expansión de sus locales y sus exigentes condiciones laborales han hecho que les sea aún más difícil encontrar suficiente personal.
Para solucionar este problemas, las empresas niponas están recurriendo a la tecnología. Por ejemplo, dos de las franquicias de tiendas de conveniencia más grandes de Japón: FamilyMart y Lawson están trabajando con robots para reponer los productos en sus estantes, informó CNN Business.
FamilyMart comenzó la prueba con robots en agosto de 2020 y asegura que para 2022 tendrá robots empleados en 20 de sus tiendas. Lawson, en tanto, introdujo robots en sus locales a principios de septiembre de 2020.
El robot escogido para reemplazar las tareas humanas se llama Model-T y fue desarrollado por la startup japonesa Telexistence.
Se mueve sobre una plataforma con ruedas y está equipado con cámaras, micrófonos y sensores. Usando los tres “dedos” de cada una de sus dos manos, puede llenar los estantes con productos como botellas de bebidas, latas y envases de arroz.
“Es capaz de agarrar, o recoger y colocar, objetos de distintas formas y tamaños en diferentes ubicaciones”, señaló Matt Komatsu, jefe de desarrollo comercial y operaciones de Telexistence.
Pero el robot Model-T, que lleva el nombre del automóvil Ford que fue pionero en la producción en línea a principios del siglo XX, no se mueve solo.
Es controlado de forma remota. Un “piloto” humano usa un casco de realidad virtual (VR) y guantes especiales que le permiten “sentir” en sus propias manos los productos que sostiene el robot.
Los micrófonos y los auriculares le permiten comunicarse con la gente de la tienda.
En teoría, el robot podría controlarse desde cualquier parte del mundo, señala Komatsu.
Durante una prueba —realizada en agosto de 2020 en una tienda FamilyMart en Tokio— un piloto operó el robot desde una terminal de realidad virtual en la oficina de Telexistence ubicada a unas cinco millas (8 kilómetros) de distancia.
“Esto facilita la contratación de personas que vivan en países extranjeros con costos laborales más bajos. Además controlar el robot es sencillo y no requiere de pilotos expertos”, asegura Komatsu.
Telexistence no planea vender los robots y los sistemas de realidad virtual directamente a las tiendas, sino proporcionarlos por una tarifa.
No se reveló el precio, pero según Matt Komatsu, sería competitivo en costos con la mano de obra humana.