De acuerdo con un artículo de The Financial Times, nueve escuelas en el norte de Ayrshire (Reino Unido) comenzarán a cobrar los almuerzos en sus cafeterías mediante el escaneo del rostro de los estudiantes.
La idea es que con esta tecnología de reconocimiento facial se pueda reducir al mínimo el contacto durante la pandemia, además de acelerar los tiempos en la entrega de los alimentos.
Tantos las escuelas como la compañía que desarrolla el sistema, CRB Cunningham, aseguraron que los sistemas resolverían los problemas de seguridad y privacidad.
Según la empresa, su hardware no utiliza el reconocimiento facial en vivo (escanear activamente a los grupos grandes) y lo comparó con plantillas de “huellas faciales encriptadas”.
Estos establecimientos ya usan lectores de huellas dactilares, por lo que la firma explica que se trata más bien de un cambio en la tecnología biométrica y no una nueva capa de seguridad.
Los encargados también temen que se produzcan fraudes con los PIN convencionales, por lo mismo incentivan este sistema, ya que el reconocimiento facial debería ser más seguro.
Las autoridades locales de Ayrshire aseguraron que 97 por ciento de los niños o sus padres habían dado su consentimiento para el uso de esta polémica tecnología.
Sin embargo, algunas organizaciones inglesas de derechos humanos han criticado esta medida: sostienen que el reconocimiento facial es arbitrario.
“Se teme que la implantación en las escuelas pueda normalizar el escaneo facial e insensibilizar a los alumnos sobre los problemas de privacidad”, dice un artículo publicado en Engadget.
“Si creces con esta tecnología, puede que no te opongas cuando aparezca en aeropuertos o festivales de música”.