Las ratas se han vuelto más violentas desde la aparición del COVID-19, según advirtieron los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Según informó la institución, tras el desarrollo de la pandemia diversos servicios de comida han debido cerrar, por lo que los roedores que dependen de ellos para su alimentación se encuentran sin alimentos.
Los CDC explicaron que «las jurisdicciones han cerrado o limitado el servicio en restaurantes y otros establecimientos comerciales para ayudar a limitar la propagación del COVID-19. Los roedores dependen de los alimentos y los desechos generados por dichos establecimientos».
En un comunicado, la institución agregó que las medidas de restricción «han llevado a una disminución de los alimentos disponibles para las ratas, especialmente en áreas comerciales densas. Hemos recibido información de un aumento en la actividad de estas a medida que buscan nuevas fuentes de alimentos».
«Los programas de salud ambiental y control de plagas pueden ver un aumento en las solicitudes de servicio relacionadas con el comportamiento inusual y agresivo de los roedores», argumentó el organismo.
Es por esta razón fue que desde los CDC han publicado una serie de medidas para evitar problemas con los roedores:
- Eliminar las condiciones que atraen a las ratas: la institución aconseja a residentes y propietarios de negocios que eliminen todas las condiciones que puedan atraer y apoyar la presencia de roedores.
- Monitorear a su población: los CDC recomiendan la necesidad de hacer un seguimiento a las comunidades de roedores a medida que la actividad comercial regrese a la normalidad. Los programas de salud ambiental deben continuar y profundizar sus actividades de monitoreo en los próximos meses.
- Mejoras en las labores de limpieza: se les recomienda a los propietarios y dueños de negocios que deben seguir las pautas de limpieza para evitar la exposición a enfermedades transmitidas por las ratas. Para realizar esta acción, los CDC sugieren cualquier repelente previamente aprobado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA).