De acuerdo a un estudio publicado en la revista académica Science Advances, un grupo de investigadores japoneses del Centro RIKEN para el Desarrollo Biológico creó una piel que suda y en la que también crece el pelo.
El tejido fue implantado en animales y los resultados fueron sorprendentes. El tejido se se adaptó e integró fácilmente al resto de la piel original de un grupo de ratones, a través de fibras en los músculos y nervios.
Relacionado: La piel artificial hecha de materiales caseros que puede detectar tacto, presión y mucho más
Este avance marcaría un precedente para que los investigadores puedan encontrar cómo crear piel para pacientes que han sido víctimas de quemaduras, o en aquellas personas que tienen enfermedades en la piel.
A pesar de que el desarrollo de la piel hecha en laboratorios no es en este punto de la historia algo revolucionario, la funcionalidad de esta nueva opción radica en otros dos componentes.
En el pasado, los tejidos creados en laboratorios solo tenían dos capas de tejidos y por ello, ninguno de ellos podía tener folículos o glándulas de secreción.
Por su parte, la piel de RIKEN remeda mejor la piel humana al tener tres capas de tejidos.
Para crear ejemplares de piel con la capacidad de sudar y crecer pelo, el equipo empezó extrayendo un grupo de células de las encías de algunos ratones.
Después de usar una mezcla de químicos, se transformaron esas células en algo similar a las células madre y a partir de ahí, desarrollaron la piel con tres capas.
Una vez creadas, las pieles fueron implantadas en los ratones y los científicos reportaron una conexión normal entre los tejidos de los músculos y los nervios.
Estas conexiones permitieron que el tejido implantado funcionara de forma natural dentro del ratón, sin ningún rechazo. Además de eso, el pelo empezó a crecer más o menos dos semanas después de haber sido implantado.
Relacionado: Cientifícos alemanes crean un conjunto de sensores que se adhiere a la piel para controlar dispositivos móviles
“Los resultados recientes dan una prueba de que el concepto de terapia regenerativa tiene el potencial para integrar un sistema funcional de piel que puede ser utilizado en tratamientos clínicos a futuro”, afirma Takashi Tsuji, líder del proyecto en RIKEN a Live Science.
A pesar del éxito, todavía hay un elemento importante a tener en cuenta. La creación de un tejido humano requiere la utilización de células y la necesidad imperiosa de descifrar cómo utilizar esas células para transformarlas en tejidos de piel.
Mientras tanto, Tsuji piensa que su avance puede ser útil para la industria de los cosméticos al poder utilizar estos tejidos para probar sus productos y dejar de lado el polémico uso de animales en dichas pruebas.
El científico también confesó que está planeando en producir otros órganos en su laboratorio como glándulas salivares y dientes.