Parece ser que para el CEO de SpaceX y Tesla, la colonización de Marte y la construcción de un vehículo eléctrico para el mercado masivo no son proyectos suficientemente ambiciosos.
Elon Musk ahora quiere combinar computadoras con cerebros humanos para ayudar a las personas a mantenerse al día con las máquinas, en una fusión más estrecha entre la inteligencia biológica y la inteligencia artificial.
El empresario multimillonario está respaldando una empresa de desarrollo de interfaces entre el cerebro y las computadoras llamada Neuralink, según reporta The Wall Street Journal. La empresa, que aún se encuentra en las primeras etapas de la existencia y todavía no tiene presencia pública, se centra en la creación de dispositivos que se pueden implantar en el cerebro humano, con el propósito final de ayudar a los seres humanos a fusionarse con el software y mantenerse conectados al ritmo de los avances de la inteligencia artificial.
Se espera que una de las aplicaciones principales para este tipo de tecnología, que muchos considerarían invasiva, es la posibilidad de ayudar a mejorar la memoria o a permitir una interfaz más directa con los dispositivos informáticos.
The Verge afirma que el empresario ya había insinuado la existencia de Neuralink en algunas ocasiones durante los últimos seis meses. Más recientemente, Musk le dijo a una masiva audiencia en Dubai: «Con el tiempo creo que probablemente veremos una fusión más estrecha entre la inteligencia biológica y la inteligencia digital». Añadió que «se trata sobre todo del ancho de banda, de la velocidad de la conexión entre nuestro cerebro y la versión digital de nosotros mismos».
Maybe next month
— Elon Musk (@elonmusk) January 25, 2017
De la misma manera, Musk ha respondido a través de su cuenta de Twitter a las muchas interrogantes de sus seguidores acerca del progreso del llamado «lazo neural», que es un término de ciencia ficción para una interfaz entre el cerebro y computadoras que los humanos podrían usar para mejorar sus funciones.
Aunque en el ámbito médico se han utilizado electrodos y otros implantes para ayudar a mejorar los efectos de la enfermedad de Parkinson, la epilepsia y otras enfermedades neurodegenerativas, estos tipos de interfaces existen hoy sólo en la ciencia ficción.
«La gente sólo va a ser susceptible a la idea de un implante si tienen una condición médica muy seria que podría obtener ayuda», opina Blake Richards, un neurocientífico y profesor asistente de la Universidad de Toronto. «La mayoría de las personas sanas se sienten incómodas con la idea de que un doctor les abra el cráneo».