La polémica sobre el proyecto Neuralink de Elon Musk, que estos días adelantó que comenzarán a reclutar voluntarios humanos para sus ensayos, ahora reflotan nuevamente con un reportaje de Wired en inglés, que afirma que muchos monos que se usaron en los experimentos fueron sacrificados por la compañía.
Esto desestima las versiones que el propio Musk le dijo a la SDA (Comisión de Bolsas y Valores) de Estados Unidos, ya que afirmó que los primates habían fallecido a causa de enfermedades terminales.
Musk reconoció por primera vez la muerte de los macacos el 10 de septiembre en una respuesta a un usuario en su aplicación de redes sociales X (anteriormente Twitter). Negó que cualquiera de las muertes fuera «el resultado de un implante de Neuralink» y dijo que los investigadores habían tenido cuidado de seleccionar sujetos que ya estaban «cerca de la muerte».
La evidencia recolectada por el reportaje, indica que muchos monos sufrieron vejámenes y experimentos que estuvieron más cerca de la tortura y que fueron finalmente sacrificados.
«Desde septiembre de 2017 hasta finales de 2020, los experimentos de la compañía fueron ayudados por el personal del Centro Nacional de Investigación de Primates de California (CNPRC), una instalación de bioinvestigación financiada con fondos federales en UC Davis. La promesa de Musk era revolucionar las prótesis y diseñar un implante que permitiera a los cerebros humanos comunicarse de forma inalámbrica con dispositivos artificiales, e incluso entre sí», indica la nota, contextualizando el hecho de cómo se hicieron los experimentos.
Sin embargo, los mismos médicos de la UC Davis admiten en los documentos, que después de hacer las pruebas con electrodos en los monos, estos tuvieron diarreas con sangre, edemas y parálisis parciales.
Wired describe uno de los casos específicos de sacrificio de primates:
«Por ejemplo, en una cirugía experimental que tuvo lugar en diciembre de 2019, realizada para determinar la «supervivencia» de un implante, una parte interna del dispositivo se «rompió» mientras se implantaba. Durante la noche, los investigadores observaron al mono, identificado solo como «Animal 20» por UC Davis, rascando el sitio quirúrgico, que emitió una descarga sanguinolenta, y tirando de un conector que finalmente desalojó parte del dispositivo. Una cirugía para reparar el problema se llevó a cabo al día siguiente, sin embargo, las infecciones fúngicas y bacterianas se arraigaron. Los registros veterinarios señalan que no era probable que ninguna infección se eliminara, en parte porque el implante cubría el área infectada. El mono fue sacrificado el 6 de enero de 2020″.
Otros investigadores del centro médico UC Davis aseguran que los monos de Elon Musk eran jóvenes al momento de realizar los experimentos, por lo tanto, es erróneo pensar que fallecieron por enfermedades terminales.