WiFi público gratuito, luces inteligentes, y monitoreo de tráfico y estacionamiento con alta tecnología, son algunas de las características de las grandes ciudades inteligentes. Pero aunque muchos no lo crean, el escenario anterior describe exactamente a la antes tradicional ciudad de Kansas City, Missouri, que acaba de anunciar oficialmente su entrada a esta categoría.
Desde hace cuatro años, después de haberle dado a sus residentes el acceso a Google Fiber de 1.000 megabits por segundo, Kansas City ha añadido una serie de otras características inteligentes en la ciudad que prometen convertirla en una de las metrópolis más sofisticadas de los Estados Unidos.
«Este trabajo comenzó cuando construimos nuestro Streetcar«, dijo a Digital Trends Bob Bennett, Director de Innovación de Kansas City, refiriéndose a la primera línea de trenes instalada en la región en cerca de 60 años, que comenzó operaciones en mayo del 2016. «Estábamos trabajando en la infraestructura necesaria de ferrocarriles y electricidad, y aprovechamos la oportunidad para poner concurrentemente una infraestructura para una ciudad inteligente. En la actualidad, incluye 328 puntos de acceso a WiFi público, 25 quioscos de información conectados a WiFi, y luces inteligentes adaptables que pueden aumentar o disminuir su brillo en función de las necesidades que perciben en términos de tráfico peatonal»-explicó.
Mucha de esta tecnología es tan funcional como interesante. Por ejemplo, con la implementación de los quioscos, tanto visitantes como residentes ya no tienen que utilizar sus teléfonos para averiguar información de la ciudad, opciones de entretenimiento o rutas locales de transporte, sino que pueden hacerlo gratuitamente a través de enormes pantallas táctiles a lo largo de la ciudad.
Lo que hace a este sistema especialmente avanzado es la adición de un nuevo mapa inteligente en vivo que se basa en los diversos sensores inteligentes de la ciudad, para dar una visualización en tiempo real de los datos recogidos. «Hacemos que todos los sensores dinámicos estén disponibles para nuestro público»,
dijo Bennett. «Por ejemplo, pueden ver las áreas donde el tráfico esté pesado, y así decidir encontrar una ruta alternativa. O pueden elegir un lugar de estacionamiento, según la disponibilidad que vean en el sitio».
Pero a diferencia de otras urbes, estos datos pueden ser utilizados no sólo por los residentes, sino también por otras partes interesadas, como planificadores urbanos o dueños de empresas y negocios. Los funcionarios de Kansas City utilizarán esta herramienta como un medio para que las compañías descubran dónde sería mejor colocar nuevas tiendas, puntos de venta, almacenes y más, al revelar dónde existe la mayor cantidad de tráfico vehicular o peatonal. Como Benett nos dijo, «llegarán a mirar el pulso de nuestra ciudad».
La visión de Bennett es futurista. «Dentro de treinta años, esto será algo común», concluyó. «No lo llamaremos una ciudad inteligente; sólo será una ciudad. Los ciudadanos del siglo XXI esperan que el liderazgo de la ciudad interactúe con ellos y maneje los asuntos en la comunidad usando herramientas del siglo XXI. Gran parte de lo que estamos haciendo ahora es parte de ese cambio fundamental en el gobierno de la ciudad. Estamos resolviendo problemas aquí: no para hoy, no para mañana, sino para la próxima generación».