Era 2020 cuando Keith Thomas sufrió un trágico accidente vehicular que lo dejó lesionado de las vértebras C4 y C5 de su columna vertebral, lo que provocó una pérdida total de sensibilidad y movimiento desde el pecho hacia abajo. Sin embargo, unos implantes de chips de IA le está devolviendo la movilidad.
Todo esto gracias a la tecnología de implante cerebral AI desarrollada por el Instituto Feinstein de Medicina Bioelectrónica de Northwell Health.
El equipo de investigación primero pasó meses mapeando su cerebro con resonancias magnéticas para identificar las partes exactas de su cerebro responsables de los movimientos de los brazos y el sentido del tacto en sus manos. Luego, hace cuatro meses, los cirujanos realizaron un procedimiento de 15 horas para implantar microchips en su cerebro; Thomas incluso estaba despierto por algunas partes para poder decirles qué sensaciones sentía en su mano mientras sondeaban partes del órgano.
Mientras los microchips están dentro de su cuerpo, el equipo también instaló puertos externos en la parte superior de su cabeza. Esos puertos se conectan a una computadora con los algoritmos de inteligencia artificial (IA) que el equipo desarrolló para interpretar sus pensamientos y convertirlos en acción. Los investigadores llaman a este enfoque «terapia impulsada por el pensamiento», porque todo comienza con las intenciones del paciente. Si piensa en querer mover su mano, por ejemplo, su implante cerebral envía señales a la computadora, que luego envía señales a los parches de electrodos en su columna vertebral y músculos de la mano para estimular el movimiento. También conectaron sensores a las yemas de los dedos y las palmas de las manos para estimular la sensación.
Gracias a este sistema, pudo mover su brazo a voluntad y sentir a su hermana sosteniendo su mano en el laboratorio.
Los investigadores dicen que Thomas ha mostrado signos de recuperación incluso cuando el sistema está apagado. La fuerza de su brazo aparentemente se ha «más que duplicado» desde que comenzó el estudio, y su antebrazo y muñeca ahora podían sentir algunas sensaciones nuevas. Si todo va bien, la terapia impulsada por el pensamiento del equipo podría ayudarlo a recuperar más de su sentido del tacto y la movilidad.
Chad Bouton, desarrollador de la tecnología e investigador principal del ensayo clínico, dijo:
«Esta es la primera vez que el cerebro, el cuerpo y la médula espinal se han unido electrónicamente en un ser humano paralizado para restaurar el movimiento y la sensación duraderos. Cuando el participante del estudio piensa en mover su brazo o mano, «sobrealimentamos» su médula espinal y estimulamos su cerebro y músculos para ayudar a reconstruir las conexiones, proporcionar retroalimentación sensorial y promover la recuperación. Este tipo de terapia impulsada por el pensamiento es un cambio de juego. Nuestro objetivo es utilizar esta tecnología algún día para dar a las personas que viven con parálisis la capacidad de vivir vidas más plenas e independientes».