Científicos de Estados Unidos han advertido sobre un gigantesco y catastrófico tsunami en Alaska que podría ocurrir por el deslizamiento de roca inestable debido al derretimiento de los glaciares.
Según los expertos, esta emergencia podría darse en un plazo entre doce meses y veinte años.
Los primeros investigadores que han advertido sobre esta situación, explicaron que se debería al derrumbe de una de las paredes que conforman el fiordo de Barry Arm, en particular una de las construidas por el glaciar Barry.
Este glaciar habría sufrido un importante retroceso entre el 2009 y 2015 que desestabilizó las paredes rocosas que lo rodeaban.
Más dañino que los anteriores
Si bien, el Departamento de Recursos Naturales del Estado de Alaska sugiere que en la actualidad la posibilidad de un tsunami ha disminuido, eso no significa que no pueda ocurrir esta emergencia, más aún teniendo en cuenta la acelerada descongelación de permafrost durante los últimos años.
«Los parques de Alaska son propensos a sufrir eventos como éste. Los deslizamientos de tierra que generan grandes tsunamis ocurren con mayor frecuencia en paisajes con glaciares en retroceso. En el siglo pasado, 10 de los 14 tsunamis más altos sobre el nivel del mar del mundo estaban en montañas glaciares y cuatro en parques de Alaska», señala el Servicio Nacional de Estados Unidos de Parques Nacionales.
Según el Departamento de Recursos Naturales del Estado de Alaska, el próximo gran deslizamiento podría ser el que ocurra en el fiordo de Barry Arm.
«Aún no sabemos cuándo podrá ocurrir, pero es cierto que es posible que un terremoto, las lluvias o el frío puedan ser la chispa que desencadene el deslizamiento de tierra», explican.
Científicos de la Nasa, en tanto, estiman que el deslizamiento de tierra podría liberar 16 veces más escombros y once veces más energía que la registrada en el tsunami de 1958.
Se advierte también que algunas poblaciones cercanas como Anchorage corren el riesgo de sufrir graves daños.