Un nuevo y potente escaneo con rayos cósmicos espera revelar la finalidad de dos inexplorados rincones en la Gran Pirámide de Guiza. Según la tesis de los expertos que lideran un proyecto basado en la tomografía de muones, el mayor de ellos podría corresponder a una cámara funeraria.
Con 30 metros (98 pies) de longitud y 6 (20 ft) de altura, en el mejor de los casos el espacio sería la última morada del faraón Keops. Otras opciones es que albergue varias habitaciones pequeñas sobre la gran galería o bien sea únicamente un lugar vacío.
Los dos sitios que serán sometidos a nuevos estudios fueron descubiertos en Egipto por el proyecto Scan Pyramids, en el que participaron científicos de Canadá, Francia y Japón entre 2015 y 2017. El segundo se halla en la cara norte de la estructura, es considerablemente más pequeño y su utilidad también se desconoce.
“Los muones son partículas elementales con carga negativa que se forman cuando los rayos cósmicos chocan con los átomos de la atmósfera terrestre”, explicó LiveScience. Si bien son de alta energía, estas partículas que llueven constantemente sobre la Tierra son inofensivas para la vida animal y vegetal.
Según fundamentó el medio, “como se comportan de forma diferente cuando interactúan, por ejemplo, con la piedra o con el aire, los investigadores pueden utilizar detectores supersensibles para localizar las partículas y cartografiar zonas que no pueden explorar físicamente, como ocurre con la Gran Pirámide”.
Los encargados de la iniciativa señalaron en un artículo publicado en arXiv que la técnica equivaldrá a “poner un telescopio que tenga una sensibilidad 100 veces superior” a la del equipo utilizado anteriormente.
Tan potentes son los análisis con muones, que bien podrían mostrar artículos de cerámica, metales, piedra o madera. “Si unos pocos metros cúbicos están llenos de materiales, deberíamos ser capaces de distinguirlos”, dijo al portal Alan Bross, científico del Laboratorio Nacional de Aceleradores Fermi.
“Buscamos patrocinadores para el proyecto completo. Una vez que tengamos el financiamiento, creemos que tardaremos dos años en construir los detectores”, añadió. Los primeros resultados podrían surgir tras un año de observación.