En el desierto de Thar, en India, se descubrió un geoglifo que podría ser uno de los más grandes del mundo. Su particularidad es que todo este descubrimiento comenzó hace siete años en la aplicación Google Earth.
De acuerdo a Live Science, los científicos detrás del descubrimiento encontraron las primeras líneas del geoglifo en 2014, por lo que más tarde decidieron visitar el lugar. Algunas de las líneas estaban relacionadas a plantaciones; otras, en cambio, nada tenían que ver con la agricultura local.
Investigaciones posteriores determinaron que muchos de estos trazos datan de hace 150 o incluso 200 años, y que no se trata de accidentes naturales sino que responden a un diseño en particular. Además, en la zona donde se encontraron no hay irrigación de agua ni nada que sugiera que las líneas puedan haber aparecido a causa de otros factores.
El geoglifo se compone de varias líneas y espirales de gran extensión. El trazo más largo tiene una extensión de 7.5 millas (12 kilómetros), mientras que el resto del diseño se compone de 23 líneas paralelas de 5.7 millas (9.2 kilómetros) y una curva de 6.8 millas de largo (11 kilómetros).
Por otra parte, cerca de estas figuras también se encontraron algunos monolitos que datan de la misma fecha; nueve estructuras dispuestas en medio del geoglifo completo, aunque los investigadores creen que ambos —geoglifos y monolitos— no están realmente relacionados.
El equipo detrás del descubrimiento plantea que lo primero que se debe hacer es proteger las líneas de cualquier tipo de daño, algo que no ha ocurrido; la evidencia está en cómo estas se han borrado desde que se avistaron por primera vez en 2014 gracias a Google Earth.