El término “food porn” (comida lujuriosa en español), es un resultado de nuestro deseo de capturar en imágenes cosas placenteras.
Muchos aficionados a Instagram se la pasan retratando sus hábitos alimenticios y no se limitan solamente a capturar una imagen sino también a editar la iluminación y los bordes.
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Mientras tanto, muchos nos preguntamos por qué algunas personas se la pasan tanto tiempo tratando de tomar una foto perfecta de su comida en vez de comerla de una buena vez.
Después de todo, el brunch del domingo puede enfriarse mientras el otro se la pasa tomando fotos y escogiendo el mejor filtro.
Al parecer, ese comportamiento tiene una explicación psicológica. Una serie de estudios revelaron que el acto de tomar fotos a la comida, hace que esta sepa mejor.
Los investigadores de la Universidad de San Diego y la Universidad de Saint Joseph, realizaron una serie de estudios con 120 participantes.
Durante el proceso, se formaron dos grupos que a su vez se dividían en otros dos subgrupos. Al primer grupo, se les dio un pedazo de pastel red velvet. Al primer subgrupo, se le dio la instrucción de comerlo inmediatamente y al otro, la de tomar una foto primero y comerlo después.
Al segundo grupo se le estudió de forma similar pero se les ofreció comida más saludable, en este caso, una ensalada de frutas.
Los resultados mostraron que aquellas personas que tomaron la fotografía del pastel red velvet, les pareció más sabroso que a aquellos que se les asignó la instrucción de comerlo inmediatamente.
Según la revista New York Magazine, los resultados fueron los mismos con la ensalada.
Cuando estaban a punto de concluir el estudio, los investigadores percibieron que había una similitud de percepción entre la opción de comida saludable y la indulgente.
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Básicamente, aquellas personas que supieron de los hábitos alimenticios de los otros, capturaron una foto de la ensalada de frutas y les supo mejor también. Nuevamente se confirmaría que la “comida lujuriosa” tiene efectos psicológicos.
Así que la próxima vez que decidas hacer una dieta de desintoxicación, pero no puedas superar tu rechazo a la ensalada o a un vaso con jugo verde, ya sabes que la solución es ir a Instagram y mirar platos de comida saludable.
Además de inspirarte, podrás engañar a tu cerebro y hacerle creer que la comida saludable es deliciosa.
Durante algún tiempo, los psicólogos han encontrado que retrasar el acto de consumir comida (sin importar la forma en que lo hagas), ayuda a que tu cuerpo se prepare para el momento.
Ya que publicar una foto de comida en Instagram requiere que hagas una serie de acciones antes de crear una fotografía perfecta, es una buena forma de conseguirlo.
La próxima vez que veas a alguien tomándole fotos a su comida en un restaurante, no lo critiques y ten en cuenta que seguramente disfrutará su comida mucho más que tú.