Todos estamos familiarizados con el viejo adagio que dice «pelear como perros y gatos». Sin embargo, un estudio científico reveló que es posible fomentar relaciones armoniosas entre canes y felinos que viven bajo el mismo techo.
¿Cómo lograrlo? Científicos del comportamiento animal de la Universidad de Lincoln, Reino Unido, descubrieron que llenar los espacios con feromonas tranquilizadoras, tanto para perros como para gatos, podrían claves para mejorar la relación entre ambas especies.
La investigación, publicada en la revista Frontiers in Veterinary Science, exploró los efectos de dos feromonas diferentes en las interacciones entre gatos y perros, en hogares donde los propietarios podrían ver un margen de mejora en las relaciones.
Los resultados revelaron que los dos productos utilizados, Feliway Friends, que emite feromonas calmantes para los gatos, y Adaptil, que hace lo mismo con perros, tuvieron un impacto positivo en las interacciones entre felinos y canes que comparten un hogar.
Durante seis semanas, ambos productos provocaron una disminución notable en las interacciones indeseables. Los usuarios de Adaptil incluso observaron un aumento significativo en algunos comportamientos deseables: saludos amistosos y tiempo para relajarse en la misma habitación.
Un grupo usó Feliway Friends y el otro Adaptil, en envases sin etiquetar y asignadas al azar. Al término del estudio, los investigadores descubrieron que el producto que liberaba feromonas para perros fue el que más aumentó las interacciones deseables.
«Aunque somos conscientes de las tensiones percibidas entre perros y gatos, creemos que este es el primer estudio que explora el uso de productos con feromonas para mejorar la relación de estas dos especies», explicó Daniel Mills, profesor de Medicina Veterinaria del Comportamiento en la Escuela de Ciencias de la Vida de Lincoln.
Según los investigadores, una mala relación entre gatos y perros puede tener graves consecuencias. “Puede haber un nivel inaceptable de estrés social o acceso restringido a recursos clave, como alimentos, agua o áreas sanitarias. También habrá un mayor estrés para el resto de la familia -tanto humana como animal- y riesgos de lesiones debido a conflictos», advierten.
Además, una relación problemática entre una mascota nueva y una existente también es una de las principales razones por las que perros o gatos son llevados a refugios.