Prácticamente llevo todo el año escuchando que la inteligencia artificial va a revolucionar todos los campos del quehacer humano. Soy un entusiasta de la tecnología, pero después de tantos años viendo avances tecnológicos sé que hay mucho de marketing en esta industria. Y no soy el único que lo cree así. Bueno, después de probar principalmente ChatGPT para escribir algunos artículos del tema y hallar que el chatbot de OpenAI es bastante bueno para practicar mi inglés, decidí probarlo junto con Copilot (el asistente de inteligencia artificial de Microsoft integrado a Windows 11) para ver qué tanto podían ayudarme estas herramientas en mi trabajo del día a día: es decir, escribir los artículos que lees aquí. Así que trabajé una semana entera usando IA y esto fue lo que pasó.
Caso 1: pedirle una imagen a Copilot
Empecé con lo que me pareció más sencillo, pedirle a Copilot que creara una ilustración de portada para la comparativa que hice entre YouTube Music y Spotify.
Copilot funciona igual que otros chatbots de IA, es casi un chat de WhatsApp en el que le pides a la inteligencia artificial que realice algo. Primero le pedí que creara una imagen para un artículo sobre las diferencias entre YouTube Music y Spotify. El primer resultado fue muy deficiente:
Después le pedí que hiciera una comparativa de los logotipos de ambos servicios. Arrojó esta imagen, que si bien no me desagradó del todo, más bien corresponde a un logotipo que mezcla las identidades de ambas marcas:
Seguí ajustando el prompt hasta pedirle, específicamente, que pusiera los logos de YouTube Music y Spotify frente a frente e hiciera una imagen comparativa de ambos servicios. Este fue el resultado (ya recortado como describo más adelante):
¡Bingo!, pensé. Ahora solo necesitaba que la imagen tuviera una relación de aspecto 16:9 como las portadas que utiliza Digital Trends en Español y otros sitios web. Literal solo le pedí a copilot que ajustara la imagen a esa relación de aspecto, pero mandó otra imagen cuadrada —bastante buena, por cierto—.
Seguí intentando pero nunca logré la imagen 16:9, así que decidí cortarla.
Veredicto: Ciertamente Copilot hizo un mejor trabajo del que haría yo, y aunque la velocidad con la que genera imágenes es sorprendente, creo que aún estamos lejos de que equipare al trabajo que haría un diseñador o diseñadora gráfica. Peor aún, veo muy difícil que entienda los pitches que suelen enviar los clientes.
Caso 2: pedí la transcripción de una entrevista a Copilot y ChatGPT
Primero pregunté a Copilot si sería capaz de transcribir una entrevista. Me dijo que sí, que solo tenía que subir el archivo. Pensé que al picar en el botón + hallaría una opción para subir archivos, pero como no la vi pregunté a Copilot cómo subir el archivo. Esto me respondió:
Veredicto: Copiloto fue un fiasco para transcribir mi entrevista.
Luego pregunté a ChatGPT si podría realizar la transcripción de la misma entrevista. Como Copilot, respondió que sí era capaz y que solo bastaba subir un archivo de audio. ChatGPT sí tiene un botón para añadir archivos, así que cargué mi entrevista y esperé al resultado.
Fue ligeramente decepcionante esperar (la espera ciertamente fue breve) para encontrar que ChatGPT tampoco podía realizar una transcripción, sin embargo, me pareció sumamente positivo que ofreciera alternativas para obtener mi transcripción. Fui a revisarlas una en una en orden de sugerencia.
Otter.ai pidió tener acceso a mi calendario de Google (el acceso le permitía descargar mis calendarios), y dado que mi cuenta de trabajo también es mi cuenta personal, preferí ir a la siguiente alternativa por motivos de privacidad.
Entonces googlé Sonix y acabé en una página llamada Clipto AI en la que, efectivamente, puedo realizar una transcripción. Comencé a leer y resultó que había que pagar.
Fui a la siguiente opción, Descript. Googlé justamente Descript pero también acabé en otra página, TurboScribe. La página decía que podías realizar tres transcripciones al día complemente gratis antes de pagar por alguno de sus planes de suscripción. Me registré usando mi cuenta de Google y al menos no me percaté de ninguna práctica sospechosa de violar la privacidad de mi información en línea. Pedí la transcripción y, por fin, obtuve un buen resultado. Puedes leer ese resultado acá.
Veredicto: Si bien ChatGPT no logró lo que prometió, sus sugerencias terminaron llevándome a un resultado satisfactorio en menos tiempo del que me habría tomado transcribir mis 14 minutos de entrevista.
Escenario 3: pedí a Copilot y ChatGPT que hiciera un artículo como los que escribo
Primero pedí a Copilot que tomara como referencia la comparativa que escribí entre el Galaxy A55 y el Galaxy S23 FE. Después le pedí que, siguiendo ese tono y estructura, hiciera una comparativa entre el realme C63 y el realme C61. Aquí puedes leer los resultados.
Veredicto: Copilot lanzó varios bulos en torno a ambos teléfonos. Por ejemplo, dijo que el realme C63 era el primer smartphone del segmento con una tapa en cuero vegano o que podía tener hasta 24 GB de RAM virtual. También dijo que, aunque el realme C63 y el realme C61 comparten el mismo sistema de cámaras, el C63 tiene funciones de IA que no existen. De hecho, en mi comparativa destaqué que, inexplicablemente, el C61 tiene un modo retrato bastante funcional.
Después pedí el mismo artículo con prácticamente el mismo prompt a ChatGPT.
Veredicto: ChatGPT también cometió varios bulos, como señalar que el C61 tiene una cámara de 32 megapixeles y no de 50 megapixeles. También cometió errores al señalar que el almacenamiento base del realme C61 son 64 GB y no 128 GB, o que la carga rápida es de 18 vatios en vez de 45 vatios. En conclusión, si usara este artículo como base para la comparativa que hice del realme C63 con el realme C61 mi editor y los lectores me matarían. Puedes leer el resultado aquí.