Mientras estudiaba fósiles que permanecían guardados hace más de cien años en el Museo Sedgwick de Cambridge, un paleontólogo británico se encontró con un sorprendente hallazgo.
De acuerdo con el sitio The News, el estudiante de doctorado de la Universidad de Portsmouth, Roy Smith, estaba examinando fósiles de espinas de tiburón, cuando se dio cuenta de que algunas de las milenarias piezas no concordaban con el resto.
Y es que los fósiles eran en realidad fragmentos de mandíbulas de pterosaurios desdentados, un tipo de reptil volador que vivió hace más de 60 millones de años.
“Los pterosaurios tenían unos pequeños orificios por donde los nervios salían a la superficie. Ellos los utilizaban para la alimentación sensible. Las espinas de las aletas de tiburón no las tienen, pero los primeros paleontólogos claramente lo pasaron por alto”, aseguró Smith.
Según el especialista, dos de los especímenes descubiertos pueden identificarse como ejemplares de un pterosaurio llamado Ornithostoma. Pero además apareció un espécimen adicional claramente distinto y que representaría una nueva especie.
Lamentablemente, los fósiles estaban demasiado fragmentados como para formar la base de un nuevo representante.
“Dudo que podamos descubrir más restos de este pterosaurio, ya que ya no hay ninguna información acerca de la roca de la que proceden los fósiles. Pero tengo la esperanza de que otras colecciones de museos contengan más ejemplos y, tan pronto como se levanten las restricciones del COVID-19, continuaré mi búsqueda”, destacó Roy Smith.
El profesor Dave Martill, que se especializa en la investigación de pterosaurios en la Universidad de Portsmouth, señaló: “este hallazgo es muy significativo porque se suma a nuestro conocimiento de estos prehistóricos reptiles voladores antiguos y fascinantes, pero también demuestra que tales descubrimientos se pueden hacer, simplemente, reexaminando material en colecciones antiguas”.