El estancamiento de la producción en China, que pone en jaque la cadena de suministro, es el principal desafío que el coronavirus sigue planteando hoy a la industria tecnológica, a dos meses del último brote.
La enfermedad golpea día tras día a la economía mundial, lo cual se refleja en el pesimismo que ronda entre los inversionistas y los mercados bursátiles.
Tras la cancelación del Mobile World Congress (MWC) y las dificultades para las empresas líderes como Samsung y Apple, la crisis parece recién comenzar, mientras el mal se deja sentir en Europa.
«Nos gusta llamar (a China) la fábrica del mundo, la zona cero de la manufactura de productos electrónicos. Incluso si tiene piezas electrónicas que puedan elaborarse en Estados Unidos, Turquía o América del Sur, es probable que casi todos los componentes provengan del delta del río Guangdong”, analizó la presidenta de Blue Silk Consulting, Rosemary Coates.
Aunque el coronavirus se originó en la ciudad de Wuhan, cientos de millas al norte, ha afectado todo el aparato productivo del gigante asiático. «Nunca había visto algo así. Esto es horrible, lo que está sucediendo con las cadenas de suministro a las fábricas en China. Lo peor que he visto, y solo estamos viendo el comienzo», alertó.
Muchas fábricas se encuentran trabajando al 15 o 20 por ciento de su capacidad, mientras que otras se encuentran cerradas por la cuarentena, por lo que será imposible cumplir con las metas de entrega.
Coates explicó que la magnitud de la crisis es más grave por la forma en que la economía global depende de China, a diferencia de lo que ocurrió en 2002 con el SARS. La experta aseguró que “nunca había visto algo así. Desafortunadamente, las compañías tecnológicas no pueden mudarse a otro lado y retomar sus operaciones simplemente”.
Para la también directora ejecutiva del Reshoring Institute, un cambio como ese tomaría entre un año y 18 meses. Por ejemplo, componentes avanzados como los semiconductores requieren instalaciones especializadas, y los procesos de prueba y calificación para garantizar que funcionen son trabajosos. Por lo demás, ningún país puede igualar el volumen productivo chino.
Si bien las cadenas de suministro de tecnología pueden no recuperarse rápidamente, Tiffany señala que los mercados bursátiles probablemente se recuperarán.
En declaraciones a Digital Trends, el profesor titular de la Haas School of Business en Berkeley, California., Paul Tiffany recordó que “empresas de todo el mundo se han aprovechado del ejército de mano de obra a bajo costo disponible” en dicho país, tras la apertura impulsada por Deng Xiaoping, quien fue su principal dirigente desde 1978.
«Los mercados reaccionan rápidamente», explicó, dado que gran parte del comercio se basa en algoritmos. Con otras situaciones de pandemia, digo Tiffany, “la recuperación ha sido muy rápida, en meses, no años. El mercado no solo se recuperó, sino que las ganancias fueron de dos dígitos”.
¿Qué significará todo esto para las personas que compran productos electrónicos? Probablemente precios más altos y falta de stock. «Los inventarios son bastante escasos, porque nos volvimos bastante buenos en el abastecimiento global y la logística asociada a él. Nos hicimos muy buenos en los últimos 10 o 15 años, por lo que no había ninguna razón para mantener mucho inventario», expuso Coates.
Al respecto, se declaró muy pesimista. «Recuerdo que después del tsunami en Japón, estaba buscando un automóvil. Quería comprar un Lexus y en el concesionario me advirtieron que no podrían entregármelo sino que en seis meses. Y el tsunami fue una gota en un vaso comparado a lo que hoy está sucediendo en China».