Inglaterra y Gales tienen un nuevo ciberdelito: el envío no solicitado de fotografías o videos de desnudos por medio de redes sociales y aplicaciones de citas, e incluso mediante sistemas de intercambio de datos como Bluetooth y AirDrop.
Quienes distribuyan ese tipo de contenido sexual se exponen desde ahora a penas de hasta dos años de cárcel. Los infractores deberán pagar incluso cuando el material no se haya descargado y el destinatario se haya expuesto a una previsualización.
Las sanciones son parte de un “histórico proyecto de ley” de ciberseguridad impulsado por el gobierno que lidera Boris Johnson, que tiende a introducir “amplias reformas” a las interacciones digitales de los ciudadanos.
“Proteger a las mujeres y a las niñas es de máxima prioridad. Mantendremos a los delincuentes sexuales entre rejas durante más tiempo, daremos a las víctimas mayor plazo para denunciar las agresiones y aumentaremos el financiamiento de los servicios de apoyo”, afirmó el vice primer ministro Dominic Raab.
Según detalló el gobierno londinense en una nota de prensa, la ley castigará a quien “envíe fotografías o videos de los genitales de una persona con el propósito de su propia gratificación sexual o para causar a la víctima humillación, alarma o angustia”.