El calentamiento global podría cobrar una nueva víctima a finales del siglo: si la temperatura sigue subiendo como hasta ahora, el oso polar estaría cerca de su extinción.
Un nuevo estudio relacionado con estos mamíferos, ahora por parte de científicos de la Universidad de Columbia, revela que el aumento de la temperatura global ha reducido el hielo en la llamada última zona helada del Ártico, un área de 1 millón de kilómetros cuadrados al norte de Groenlandia
Este hielo se derrite en verano y aumenta en invierno, pero durante las últimas décadas la cantidad total de las capas más gruesas ha disminuido de manera progresiva como consecuencia del cambio climático.
Si todo sigue como hasta ahora, los científicos creen que el impacto lo podrían sufrir las diversas especies que habitan en el sector, y eso incluye osos polares, focas y otros animales marinos y terrestres.
En el caso de los osos polares, estos se han adaptado y han permanecido en la zona gracias a sus habilidades de caza; principalmente se alimentan de otros animales como las focas, pero también de huevos y hasta crustáceos. Sin embargo, si el hielo de la última zona helada del Ártico desaparece, toda la fauna tendrá que desplazarse hacia otros lugares.
Según la investigación, si los osos polares migran a nuevas zonas, podrían empezar a mezclarse con otros tipos de osos, lo que daría pie a una nueva especie híbrida en la que el oso polar, como se conoce, no existiría más.
Los científicos también creen que si el hielo desaparece, la vida como tal no se extinguiría; simplemente se abriría paso a un nuevo ecosistema al que lleguen nuevos animales o se adapten los que ya están. Pero ello no será inmediato y pasarían décadas antes de que ocurra.