Los vascos son una población única en Europa Occidental: el euskera no está relacionado con ningún idioma indoeuropeo, y un estudio confirmó que genéticamente también tienen características particulares.
Un equipo de investigación liderado por la Universidad de Pompeu Fabra (UPF) explicó que la singularidad se originó en la Edad del Hierro, un periodo caracterizado por el aislamiento y el escaso flujo genético que descartó una influencia externa, algo que no ocurrió en el resto de la península ibérica.
Los investigadores constataron que la barrera cultural lingüística promovió el aislamiento de la población vasca de contactos posteriores, como la influencia del imperio romano o la ocupación islámica.
El estudio, publicado en la revista Current Biology, implicó el muestreo geográfico más completo de la población vasca realizado hasta la fecha, con más de 600,000 marcadores genéticos de todo el genoma de cada individuo.
“El muestreo incluyó microrregiones dentro del País Vasco y también sus alrededores. Obtuvimos muestras de una región geográfica donde el euskera siempre se ha hablado, otras donde se ha habló históricamente pero se perdió, y regiones donde nunca se habló”, explicó el investigador André Flores-Bello.
El trabajo comparó al pueblo vasco con otras poblaciones europeas contemporáneas y con datos antiguos de ADN.
Los resultados muestran que si bien la composición genética de los vascos es similar al de otras poblaciones de Europa Occidental, tiene ligeras diferencias que se explican por el escaso flujo desde la Edad del Hierro.
La investigación también abordó las diferencias genéticas entre los propios vascos, lo que confirmó que los asentamientos geográficamente más cercanos o que comparten dialectos tienen más rasgos genéticos en común.
Hasta la fecha se pensaba que los dialectos se formaron a partir de la Edad Media, pero los investigadores postulan que habrían surgido antes y estarían relacionados con la estructura genética.