Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) y el Departamento de Vida Silvestre y Pesca de Luisiana descubrieron que los caimanes jóvenes tienen la capacidad de volver a regenerar su cola, algo que se creía solamente podían hacer las lagartijas.
Un equipo interdisciplinario de científicos utilizó técnicas de imagen avanzadas combinadas con métodos de estudio de anatomía para examinar la estructura de estas colas regeneradas.
Descubrieron que se trataba de estructuras complejas con un esqueleto central de cartílago rodeado por un tejido conectivo que estaba entrelazado con vasos sanguíneos y nervios.
Los científicos especulan que la recuperación de sus colas brinda a los caimanes una ventaja funcional en sus turbios hábitats acuáticos.
“Lo que hace que el caimán sea interesante, además de su tamaño, es que la cola que ha vuelto a crecer muestra signos de regeneración y cicatrización de heridas dentro de la misma estructura”, destacó Cindy Xu, del programa de biología celular y molecular de ASU y autora principal del estudio.
“Nos sorprendió descubrir tejido conectivo con forma de cicatriz en lugar de músculo esquelético en la cola regenerada del cocodrilo. Los estudios comparativos futuros serán importantes para comprender por qué la capacidad regenerativa es variable entre los diferentes grupos de reptiles y animales”.
Kenro Kusumi, profesor y director de la Facultad de Ciencias de la Vida de ASU señala que el hallazgo de que los caimanes han retenido la maquinaria celular para volver a crecer colas complejas mientras plantea la pregunta de cuándo durante la evolución se perdió esta capacidad.