Este 16 de diciembre se cumplieron 250 años del nacimiento de Ludwig van Beethoven, considerado uno de los compositores más relevantes en la historia de la música.
El director de orquesta nacido en Bonn, Alemania, en 1770, también fue conocido por ser uno de los primeros en utilizar un metrónomo, dispositivo patentado por Johann Nepomuk Maelzel en 1815 y que se usa para indicar el tiempo o pulso de las composiciones musicales.
Desde ese momento, Beethoven comenzó a editar sus obras con anotaciones numéricas e indicaciones a partir del metrónomo.
Sin embargo, durante el siglo XIX surgieron dudas respecto a la validez de estas marcas. Por lo mismo, en el siglo XX se llevaron a cabo varios análisis hechos por musicólogos, algunos de ellos proponían que el metrónomo se había roto.
Muchos directores de orquesta han omitido estas marcas por considerarlas demasiado rápidas, mientras que otros, a partir de la década de los ochenta del siglo XX, las han utilizado para tocar al célebre compositor.
Sin embargo, el público y los críticos describieron estos conciertos como frenéticos e incluso desagradables.
Estudios recientes han señalado varias fallas que pudieron haber afectado al metrónomo, haciendo que funcione más lento, lo que habría motivado al músico alemán a elegir marcas más rápidas que las realmente propuestas.
Beethoven pudo haberlo leído mal
Ahora, una investigación de la Universidad Carlos III de Madrid se apoya en la música clásica y el big data para entender por qué las indicaciones de tempo hechas por Beethoven son consideradas en la actualidad demasiado rápidas, tanto que algunos intérpretes prefieren no tocar sus obras.
Los investigadores han comparado las marcas metronómicas con las interpretaciones contemporáneas, y han tenido que analizar 36 sinfonías interpretadas por 36 directores diferentes, un total de 169 horas de música.
«Nuestro estudio ha revelado que los directores tienden a tocar más lento de lo que Beethoven indicó. ¡Incluso aquellos que pretenden seguir sus indicaciones al pie de la letra! Los tempo indicados por el compositor son, en general, demasiado rápidos, hasta el punto de que, en conjunto, los músicos tienden a ralentizarlos», explica Iñaki Ucar, del Big Data Institute de la Universidad Carlos III de Madrid.
Esto ha provocado que, en la actualidad, los directores toquen por debajo de las notas de Beethoven.
«Esta desviación podría explicarse porque el compositor lee la escala del aparato en el lugar equivocado, por ejemplo, bajo el peso en lugar de arriba. En última instancia, esto sería un problema causado por el uso de la nueva tecnología», explica Almudena Martín Castro, otra de las autoras del estudio.
Los investigadores incluso desarrollaron un modelo propio para estimar los parámetros originales del metrónomo de Beethoven, además de desmontar un metrónomo moderno.
Ellos intentaron encontrar alguna ruptura o error en el metrónomo.
«Ninguna de las hipótesis coincidía con lo que los datos nos decían, que es una ralentización homogénea de los tempo en toda la escala», agregan.
En tanto, a modo de conclusión ellos explican:
«Finalmente, consideramos el hecho de que la desviación coincide exactamente con el tamaño del peso del metrónomo, y también encontramos la anotación ‘108 o 120’ en la primera página del manuscrito de su novena sinfonía, lo que indica que el compositor dudó de dónde estaba leyendo al menos una vez. De repente, todo tuvo sentido: Beethoven pudo escribir muchas de estas marcas leyendo el tempo en el lugar equivocado».
Ahora, los profesionales esperan que puedan aplicar esta metodología al análisis de las obras de otros compositores clásicos.