Por siglos, el aspecto de los gatos se ha mantenido intacto. Se trata de uno de los animales domésticos más populares que, pese a tener varias razas, en general luce más homogéneo que los perros.
Sin embargo, en 2017 se identificó una nueva raza de gatos que llegó a romper esa homogeneidad. Se trata del gato lobo, también llamado Lykoi (que en griego significa lobo), y que recibió su nombre precisamente por tener rasgos más lobeznos que gatunos.
De acuerdo con ZME Science, el gato lobo apareció hace 20 años en Tennessee, Estados Unidos. A simple vista es fácil confundirlo con un gato común que sufre algún tipo de enfermedad. Los gato lobo tienen menos pelaje que un gato tradicional; incluso en algún momento de su vida pueden perderlo por completo, aunque luego les volverá a crecer.
El gato lobo es una mutación de uno tradicional, que pese a sus similitudes no está relacionada a otra especie similar (gato esfinge). La mutación se debe a un gen recesivo, por lo tanto, su aparición es muy poco frecuente. Hoy día, su existencia se debe principalmente a que hay gente que se dedica a criar y producir estos gatos mediante otros ejemplares.
Sin embargo, los científicos advierten que la crianza intencional de los gato lobo “perpetúa una mutación que muy probablemente se eliminaría mediante la selección natural”.
Los científicos que han estudiado al Lykoi dicen que este no cuenta con una primera capa bajo el pelaje, presente en todos los mamíferos y que permite “regular la temperatura y ser un camuflaje para protegerse de depredadores, así como para prevenir enfermedades”.
Por ahora, no está claro si estos animales son más propensos a enfermedades debido a su particular piel, pero eso se sabrá a medida que pase el tiempo y se hagan más estudios. En cualquier caso, el gato lobo parece muy apropiado para aquellas personas que sufren con alergias provocadas por el pelaje de las mascotas.