Las aleaciones con memoria de forma son fusiones metálicas con la capacidad de deformarse con calor y volver a su forma original al enfriarse. Son utilizadas en equipos quirúrgicos de alta especialidad o como prótesis no invasivas. Pero ese efecto, conocido como memoria de forma, requiere de temperaturas muy altas, de entre 800 y 900 grados Celsius.
Ahora, un equipo de científicos rusos asegura haber hallado una nueva técnica para lograr el efecto de memoria de forma a temperaturas mucho más bajas, a un mínimo de 300 y un máximo de 600 grados Celsius.
En concreto, investigadores de la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Rusia (NUST MISIS, por sus siglas en inglés y ruso) explican en un estudio publicado en la revista JOM, que es posible lograr la deformación en aleaciones de níquel y titanio, conocida como nitinol, a temperaturas más bajas formando lo que llaman “una estructura ultra microgranulada”, que facilita la maleabilidad del material al calentarse.
En su estudio, describen cuáles deben ser los parámetros para el tratamiento termomecánico del nitinol. Además, los expertos aseguran que este avance permite no solo formar las aleaciones a menores temperaturas, sino también fabricar piezas de mayor tamaño y seguridad.
Las aleaciones con memoria de forma actualmente son utilizadas en numerosos dispositivos de cirugía no invasiva, por ejemplo, prótesis tubulares que restablecen la capacidad de flujo en conductos corporales afectados por estrechamiento. Otra de las aplicaciones más comunes es en la cirugía dental, pues las prótesis de nitinol, al recuperar su fuerza, pueden aplicar presión sobre los dientes del paciente.