Científicos de la Agencia Europea Copernicus han advertido que el agujero de la capa de ozono ha crecido bastante este año, alcanzando una de sus dimensiones más considerables del último tiempo.
De acuerdo a investigadores del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus de la Unión Europea, el agujero en la capa de ozono ya alcanzó su máxima extensión este año, abarcando unos 23 millones de kilómetros cuadrados.
Esto lo convierte en uno de los agujeros más grandes y profundos de los últimos quince años.
¿A qué se debe este fenómeno?
El agujero en la capa de ozono sobre la Antártida varía de tamaño cada año, ya que se encuentra condicionado por los eventos climáticos en la atmósfera.
El tamaño del agujero de este año se explicaría por la cantidad de sustancias químicas que los humanos hemos liberado a la atmósfera y que agotan el ozono.
Un ejemplo de estas sustancias se encuentra en los refrigerantes que utilizamos en cosas como el aire acondicionado y los frigoríficos.
Científicos afirman que un incremento en el tamaño del agujero era esperable debido a la cantidad de estas sustancias químicas que hemos liberado.
La mala noticia es que estos químicos tienen una larga duración en la atmósfera.
“Después del agujero de la capa de ozono en 2019, inusualmente pequeño y breve estamos registrando uno bastante grande de nuevo este año, lo que confirma que tenemos que seguir haciendo cumplir el Protocolo de Montreal que prohíbe las emisiones de sustancias químicas que agotan la capa de ozono”, explica Vincent-Henri Peuch, director del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus.
La capa de ozono tiene una importancia crucial para la vida sobre la Tierra.
Bloquea la radiación ultravioleta (UV) proveniente del sol. Un mayor agujero nos deja más expuestos a estas radiaciones que pueden ocasionar cáncer de piel y problemas oculares.
Un estudio reciente relaciona el agujero de ozono y las corrientes marinas y atmosféricas responsables del clima a mediano y largo plazo.