Uno de los mejores aeropuertos del mundo y de los más modernos, el Changi de Singapur, ya no pedirá más pasaporte a sus pasajeros, ya que desde ahora usará los datos biométricos.
«Singapur será uno de los primeros países del mundo en introducir una autorización de inmigración automatizada y sin pasaporte», anunció la ministra de Comunicaciones, Josephine Teo, durante una sesión parlamentaria el lunes 18 de septiembre, durante la cual se aprobaron varios cambios a la Ley de Inmigración del país.
La tecnología biométrica, junto con el software de reconocimiento facial, ya está en uso hasta cierto punto en el aeropuerto de Changi en los carriles automatizados en los puntos de control de inmigración.
Pero los próximos cambios «reducirán la necesidad de que los pasajeros presenten repetidamente sus documentos de viaje en los puntos de contacto y permitirán un procesamiento más fluido y conveniente», dijo Teo.
La biometría se utilizará para crear un «token único de autenticación» que se empleará en varios puntos de contacto automatizados, desde la entrega de equipaje hasta la autorización de inmigración y el embarque, eliminando la necesidad de documentos de viaje físicos como tarjetas de embarque y pasaportes.
El aeropuerto de Changi está proyectando un retorno a los niveles anteriores a la pandemia de tráfico aéreo y de pasajeros y expresó su esperanza de que el próximo sistema biométrico ayude a que los flujos de pasajeros sean más fluidos.
«Nuestros sistemas de inmigración deben ser capaces de gestionar este alto y creciente volumen de viajeros de manera eficiente y proporcionar una experiencia de autorización positiva, al tiempo que garantizan nuestra seguridad», dijo Teo.