Con la campaña electoral para la presidencia de Estados Unidos ya en marcha y la peor parte de la pandemia de coronavirus dejada atrás, Donald Trump, candidato a la reelección, se dispuso a preparar un mitin multitudinario en Oklahoma.
Hasta ahí, nada diferente de lo que estamos habituados en el mundo de la política, salvo por un matiz: el mitin coincidía justo con la celebración del Juneteenth, la celebración de la emancipación de la comunidad afroamericana, y que este año, por los luctuosos sucesos en torno a la muerte de George Floyd, tenía una connotación bien diferente.
Con este escenario, el equipo de campaña de Donald Trump convocó el mitin coincidiendo con una fecha tan señalada e instando a través de Twitter a adquirir entradas de forma gratuita para el evento. Fue en este momento cuando un numeroso grupo de seguidores de música K-Pop y a través de TikTok, organizó una peculiar campaña en dicha red social: reservar todas las entradas con el objetivo de dejar a Trump solo en el auditorio.
Esta iniciativa pronto cuajó en TikTok, aunque eso sí, dentro de un reducido grupo de activistas que “conocen bien el funcionamiento de los algoritmos” de forma que el mensaje pudiera llegar a muchos usuarios sin ser detectado por los miembros de la campaña (ni ser censurado, claro).
¿Cuál fue el resultado? Se puede decir que ambas “partes” ganaron: por un lado, el equipo de Trump se vio obligado a cambiar la fecha del mitin, pero por otro, el portavoz de la campaña confesó a The Verge que habían recibido “decenas de miles” de reservas de asientos provenientes de la app.
Este mismo portavoz restó importancia a la campaña orquestada a la que tachó de “infantil”, ya que el acceso a los mítines se establece por orden de llegada y ahí no tienen mucho efecto las reservas que se hayan podido hacer previamente por internet.