Sin duda alguna, la noticia más importante de la semana ha sido el testimonio que el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg dio frente al Congreso de los Estados Unidos el martes y miércoles 10 y 11 de abril, durante un total de 10 horas. Pero en lo que los analistas y diferentes medios, no se ponen de acuerdo es si la intervención de Zuckerberg lo posiciona a el y a su empresa como ganadores o perdedores.
Los temas hablados son simples, pero complejos al mismo tiempo y por lo tanto no considero que haya un ganador o un perdedor como tal. Lo que se evidenció sin duda durante el primer día de audiencia fue la falta de preparación de los congresistas frente al tema.
Por un lado, algunas de las preguntas mostraban que no se habían preparado lo suficiente para entender que hace exactamente Facebook y cómo funciona el servicio y la internet en general. Algunas de las preguntas y declaraciones que evidencian esto fueron: “¿Cómo se sostiene su modelo de negocios si los usuarios no pagan por el servicio?” La pregunta hecha por el senador Orrin Hatch tiene una respuesta que es transversal a la mayoría de servicios por los que no pagamos y a los cuales accedemos diariamente como las páginas de noticias, algunas aplicaciones y la mayoría de las redes sociales. “Senador, vendemos anuncios”, respondió Zuckerberg. Tampoco entienden qué es la encriptación. Zuckerberg tuvo que aclarar que ningún algoritmo puede leer las conversaciones en WhatsApp para presentar publicidad ya que el servicio está encriptado.
Algo que Zuckerberg tuvo que aclarar muchísimas veces es el hecho de que el usuario puede borrar su información cuando quiera. El objetivo de una red social es compartir lo que quieras con tus conocidos y parece ser que los senadores no entienden ese principio básico. Si no quieres que alguien tenga cierta información tuya es muy simple: no la publiques. En este aspecto, considero que el usuario debería tener más cuidado al decidir qué compartir, ya que al fin y al cabo están utilizando un servicio gratuito y aceptaron un acuerdo al abrir una cuenta en la plataforma.
Con respecto al acuerdo, el senador John Kennedy, al decirle a Facebook que el acuerdo del usuario “apesta” y que un usuario sin conocimiento en leyes y tecnología no puede entender fácilmente. Esto sin embargo no es exclusivo de Facebook. Cualquiera que quiera leer las decenas de acuerdos que han aceptado de aplicaciones o servicios, verá que el lenguaje no es fácil de entender. Si se le pide a Facebook que haga más entendible su acuerdo de usuarios, es algo que todos los demás servicios deberían hacer también.
Lo que sucedió esta semana podría sentar precedentes para el resto de servicios y páginas web. El uso de cookies para rastrear la información del usuario y presentar publicidad en muchos sitios web no necesariamente viene acompañado de un acuerdo de usuario, al contrario de Facebook.
El asunto de fondo es que Facebook, a pesar de ser una empresa estadounidense, tiene un impacto global y por lo tanto, cantidad de información que tiene y que puede ser utilizada de forma ilegal y manipulada para beneficiar intereses de terceros es inmensa y puede arriesgar la seguridad y soberanía de las naciones.
Decenas de veces, las preguntas que sí tenían sentido hechas por los congresistas y que tuvieron lugar durante el segundo día eran respondidas por Zuckerberg con un “Mi equipo puede brindar esa información después de la audiencia”.
La verdad es que Zuckerberg tiene aún mucho por contestar y en varias ocasiones parece haberse salido por la tangente, sobre todo cuando había preguntas concretas con respecto a cómo la red social recolecta la información de los usuarios, dentro y fuera de Facebook.
Sinceramente fueron pocas las respuestas concretas que Zuckerberg pudo dar ante las decenas de preguntas que respondió durante dos días y ciertamente Facebook posee una gran cantidad de información que las agencias e instituciones del Estado quisieran poder regular. Lo que veremos a futuro es una clásica lucha entre la esfera privada y la pública, donde la privada corresponde a nuestra información personal y la pública a lo que puede o no puede hacer una empresa con nuestra información con fines comerciales.
Otro tema a destacar es el hecho de que no solamente los Estados Unidos piden a Facebook rendir cuentas, sino que también lo estará haciendo la GDPR, una ley de la Unión Europea que podría traer consecuencias para Facebook ya que facilita la protección de los datos de los ciudadanos europeos. Lo que la ley garantiza es dar más derechos a los usuarios sobre cómo su información es recolectada, almacenada y utilizada. La ley empezará a regir en mayo 25 del 2018 y se espera que su impacto sea dramático en varias empresas internacionales.
Además, el centro de procesamiento de información de Facebook está ubicado en Islandia, país parte de la Unión Europea, lo cual garantiza que todos aquellos fuera de los Estados Unidos y Canadá estén cubiertos por la legislación.
Sin duda, vienen pasos de animal grande para una industria que hasta ahora carece de regulaciones al respecto. Zuckerberg afirmó durante la audiencia que está abierto a que se implementen regulaciones sobre el uso de datos de los usuarios, pero sin duda no son solamente las empresas las que tendrán que responder ante las legislaciones.
Los usuarios debemos también ilustrarnos sobre la forma como operan los servicios digitales y a no compartir toda nuestra información personal. Al instalar una aplicación, debemos leer los permisos que le estamos dando a la misma antes de aceptar los términos. Por ejemplo, en lo personal, decidí no conectar mi Alexa con un televisor inteligente de LG que compré hace poco. Los permisos para integrar los dos servicios requerían acceder a la galería de fotos de mi teléfono, y ya que no quería que LG tuviera acceso a ellas, decidí que era mejor no instalar la app.
En resumen, la responsabilidad sobre nuestros datos no debemos dejarla en manos de terceros. Es nuestra responsabilidad también ser responsable con nosotros mismos. Zuckerberg tiene un desafío difícil y también nosotros como usuarios, lo tenemos.