A pocos días de adquirir 9.1 por ciento de sus acciones, Elon Musk sorprendió a todos al ofrecer una fortuna por el control absoluto de Twitter. Horas después de la propuesta, el también CEO de Tesla aseveró que no pretende “hacer dinero” con la red social de microblogueo.
“Mi fuerte sentido intuitivo [me dice] que tener una plataforma pública que sea de máxima confianza y ampliamente inclusiva es en extremo importante”, afirmó. En una intervención en una charla TED en Vancouver, añadió que, cuando se trata del “futuro de la civilización, las finanzas no importan en absoluto”.
A juzgar por sus palabras, el magnate de origen sudafricano busca que la plataforma sea una suerte de espacio abierto y pluralista. “Twitter se ha convertido en una especie de plaza pública de facto”, planteó. Y subrayó que “es importante que la gente tenga la percepción de que puede hablar [allí] con libertad, dentro de los límites de la ley”.
Por lo mismo, dijo que sería fundamental para Twitter “abrir el código de su algoritmo”. “El código debería estar en Github para que la gente pueda consultarlo”, ahondó.
Consultado si funcionará su plan por el control de Twitter, que será analizado por la junta directiva, se limitó a responder: “No estoy seguro”. De fracasar, confesó que tiene un “plan B” y que partiría por desprenderse de los títulos de dominio que posee.
Además, señaló que su cuenta corriente tiene el dinero para pagar $54.20 dólares por las acciones que le faltan para el 100 por ciento. La operación contemplaría un desembolso de 43 billones ($43,000 millones) de dólares por parte del multimillonario.