Con más de 1,300 criptomonedas circulando, Ethereum ha llegado a la cima, con un nombre tan pronunciado como el de Bitcoin. Y aunque su valor no es muy similar al de aquella famosa criptomoneda, resulta excelente para el comercio, y algunas de sus características más avanzadas le dan un potencial interesante para el futuro. Pero, ¿ qué es Ethereum, y qué significa para el futuro de las criptomonedas (y de la sociedad, en general)? Aquí te damos algunas claves.
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¿Qué hace que Ethereum sea diferente?
Aunque tiene sus diferencias, al menos superficialmente, Ethereum funciona como una criptomoneda más, muy similar a la mayoría. La moneda (o billete, o ficha, el llamado token) del Ethereum es el «Ether», el cual funciona de manera similar al bitcoin. Puedes comprarlo y venderlo, con la confirmación de las transacciones manejadas a través de una blockchain o cadena de bloques. Está completamente descentralizada, sin bancos que brinden las confirmaciones necesarias para validar las transacciones hechas con ella.
De esa manera, los trazos de Ethereum son similares a los del bitcoin y otras criptomonedas. Significa que los propietarios pueden usar Ether para realizar transacciones en línea, guardarlo y —potencialmente— ganar dinero con su creciente valor: pasó de unos $10 por Ether a principios de 2017, a más de $1,100 al inicio de este 2018.
Aunque Ethereum y Bitcoin comparten algunas similitudes, las dos plataformas tienen diferentes objetivos. Donde Bitcoin es estrictamente una moneda digital, diseñada para funcionar como un medio de pago o una tienda de valores, Ethereum adopta un enfoque más amplio. Fundamentalmente, Ethereum funciona como una plataforma a través de la cual las personas pueden usar el Ether para crear y ejecutar aplicaciones y, lo que es más importante, establecer acuerdos o contratos inteligentes.
¿Qué es un contrato inteligente?
Los contratos inteligentes son acuerdos escritos en código, que el (los) creador (es) cargan en una cadena de bloques. Cada vez que se ejecuta uno de esos contratos, todos los eslabones de la cadena lo ejecutan; por lo se cumple—teóricamente— a prueba de manipulaciones.
Los contratos inteligentes están estructurados esencialmente como declaraciones ‘If-then’: cuando se cumplen ciertas condiciones, el programa lleva a cabo los términos del contrato.
Como ejemplo, supongamos que quieres arrendar o alquilar un automóvil de un servicio que utiliza Ethereum. Se genera un contrato inteligente, que estipula que si tú envías la cantidad requerida de fondos, el servicio te enviará una llave digital para desbloquear el automóvil. El proceso se lleva a cabo en la ya mencionada cadena de bloques, por lo que cuando envíes los Ether, toda la red de bloques o eslabones constatarán que lo hiciste. Del mismo sucederá cuando el servicio de alquiler te envíe la llave para desbloquear el automóvil. En este escenario, el contrato inteligente puede estipular que, si el servicio no te envía la llave, los tokens o monedas Ether se te reembolsarán.
Dado que cada computadora de la red realiza un seguimiento de esta transacción a través de la cadena de bloques, no hay forma de alterarla. Si alguien altera los detalles del contrato, cada bloque o eslabón digital lo notaría, y dejaría de funcionar.
Una de las ventajas, comúnmente citadas, de estos contratos inteligentes es que no hay necesidad de intermediarios, como abogados o notarios. En teoría, esto significa que puedes realizar transacciones sin los tiempos de espera inherentes a las presentaciones en papel, y sin pagar honorarios a quien normalmente supervisará dicha transacción. Esto es particularmente importante para las personas que viven en países donde el sistema legal es corrupto o ineficiente.
Por supuesto, la automatización significa que, si algo sale mal (por ejemplo, si hay un error en el código del contrato inteligente), el blockchain o cadena de bloques seguirá cumpliendo con los términos del contrato, lo que podría ser problemático.
Un escándalo conocido como «The DAO» sirve como un caso de estudio sobre cómo los contratos inteligentes pueden salir mal. Fue una de las muchas Organizaciones Autónomas Descentralizadas (de ahí sus siglas en inglés), y era esencialmente un fondo de inversión sin líderes. Los miembros invirtieron en Ether, obteniendo monedas que les permitieron votar sobre cómo invertir los fondos DAO. Como explica CoinDesk, el DAO se creó a través de una serie de contratos inteligentes.
Sin embargo, una vulnerabilidad en el código permitió a un usuario canalizar millones de dólares hacia una organización autónoma descentralizada diferente. Un escritor de Forbes comparó el proceso con la malversación de fondos, pero señaló que, debido a que el contrato de DAO permitió que ocurriera, no era algo ilegal: el usuario siempre estuvo trabajando dentro de los límites del código.
¿Qué significa para el futuro?
Ethereum ha crecido mucho en un corto tiempo. Se cotizaba alrededor de $1,200 al 29 de enero de 2018 y ha crecido miles de puntos durante el último año. La plataforma ya ha atraído a enormes corporaciones como JP Morgan Chase y Microsoft, que se encuentran entre los miembros más notables del Enterprise Ethereum Alliance. Su objetivo es proporcionar «recursos para que las empresas aprendan sobre Ethereum y aprovechen esta tecnología innovadora para abordar casos de uso específicos de la industria».
Eso es un buen augurio para el uso de Ethereum en el mundo de los negocios, pero los verdaderos creyentes ven la plataforma como algo más que una herramienta para las corporaciones; lo ven como una forma de descentralizar Internet y hacerlo más democrático. En una entrevista con Wired, el creador de Ethereum, Vitalik Buterin expuso su punto de vista sobre cómo Ethereum alterará las estructuras de poder tradicionales del mundo
«Creo que una gran parte de la consecuencia necesariamente va a desempoderar a algunos de estos jugadores centralizados. Porque, en última instancia, el poder es un juego de suma cero. Y si hablas de empoderar al pequeño, por mucho que quieras contarlo con una terminología que lo haga sonar esponjoso y bueno, necesariamente estás desempoderando al tipo grande. Y personalmente digo al tipo grande que se pudra. Ya tiene suficiente dinero».
Los contratos inteligentes podrían liberar a las personas de las limitaciones del sistema legal y las grandes empresas. Sin embargo, los entusiastas de la tecnología a menudo prometen futuros utópicos. Así como las redes sociales han ayudado a la difusión de noticias falsas, Ethereum y ese Internet automatizado y descentralizado que persigue podría tener consecuencias imprevistas, como lo indica la piratería de DAO. Al igual que otras criptomonedas, Ether es propensa a las salvajes fluctuaciones de valor. Si bien Ethereum ha estado al alza últimamente, aún es susceptible a fallos y caídas como otras criptomonedas. Si Ethereum es lo suficientemente fuerte como para sobrevivir a largo plazo, o es una tendencia efímera, es algo que aun no sabemos.