Según un estudio publicado en JAMA, los pacientes que recibieron la vacuna de Moderna contra el COVID-19 aseguran tener más efectos secundarios en relación con quienes fueron inoculados con la de Pfizer y BioNTech.
La investigación revisó los informes recogidos mediante un programa de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades llamado v-safe.
Este programa permite realizar un seguimiento de los efectos secundarios en los receptores de la vacuna. Para esto, las personas debieron realizar una encuesta diaria durante la primera semana después de cada dosis, donde indicaron cada uno de los síntomas, como la fatiga o el dolor en el brazo.
Cerca de 70 por ciento de esas personas señalaron haber tenido algún tipo de reacción en el lugar de la inyección, como dolor o hinchazón, y la mitad tuvo efectos más generalizados como fatiga o escalofríos.
En ambos casos, las personas que recibieron la vacuna de Moderna tenían más probabilidades de sufrir un efecto secundario: 73 por ciento tuvo una reacción en el lugar de la inyección, en comparación con 65 por ciento de los pacientes que recibieron una dosis de Pfizer y BioNTech.
Según el informe, cerca de 51 por ciento de los receptores de Moderna tuvo síntomas en todo el cuerpo, mientras que en las otras vacunas esa cifra llegó al 48 puntos porcentuales.
Esta diferencia se amplió luego de la segunda dosis, donde casi 82 por ciento de las personas que recibieron la segunda vacuna de Moderna sufrió dolor en el lugar de la inyección (60 por ciento en el caso de quienes fueron inoculados con la de Pfizer y BioNTech).
Los encargados del estudio mencionan que su trabajo no incluye datos sobre la gravedad de estos efectos, por lo que no está claro si la vacuna de Moderna desencadena reacciones secundarias más severas que los fármacos de los otros laboratorios.