Con más de dos millones de dosis disponibles para la población de riesgo, el despliegue de la vacuna rusa Sputnik V contra la COVID-19 está en plena marcha desde comienzos de diciembre de 2020. Sin embargo, su puesta en marcha no ha estado exenta de polémica, en especial por el consumo de alcohol.
Los estudios preliminares han demostrado una eficacia de 92 por ciento para prevenir la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2, según las autoridades rusas.
La vacuna se administra en dos inyecciones. La segunda dosis se aplica 21 días después de la primera.
Sin embargo, una de las recomendaciones más llamativas fue que los vacunados debían evitar los lugares públicos y reducir la ingesta de medicamentos y alcohol dentro de los primeros 42 días después de la primera dosis, lo que fue interpretado como una prohibición total.
«Los vacunados deben evitar los lugares públicos y reducir el consumo de medicamentos y alcohol, que podrían inhibir el sistema inmunológico, dentro de los primeros 42 días de la primera de las dos dosis», admitió la vice primera ministra rusa Tatiana Golikova.
Descartan prohibición total
El Centro Gamaleya, responsable del desarrollo de la vacuna, descartó que la recomendación implique una prohibición total. Indicó que evitar la ingesta excesiva de estas bebidas, así como el uso de medicamentos que supriman el sistema inmune, es una recomendación común para todas las vacunas.
«No estamos hablando de una prohibición total del alcohol durante la vacunación. Solo estamos hablando de una limitación razonable hasta que el cuerpo haya formado su respuesta inmune», afirmó Alexander Ginzburg, director del Gamaleya.
De todos modos, recordó que la recomendación médica es no beber alcohol durante tres días después de cada inyección. “Todas estas son recomendaciones estándar para la vacunación a fin de lograr la máxima eficacia», enfatizó el experto.
Quiénes serán los primeros en recibirla
El gobierno de Moscú inició la distribución de la vacuna el sábado 5 de diciembre en 70 clínicas con el objetivo de llegar a los grupos más expuestos.
La vacuna está limitada para personas de hasta 60 años. De igual manera, las personas con condiciones de salud subyacentes, embarazadas o que han tenido una enfermedad respiratoria durante las últimas dos semanas no podrán recibirla.
La vacuna de fabricación rusa primero se pondrá a disposición de médicos y otros trabajadores la salud, así como maestros y servidores sociales.
De todos modos, se trata de un programa de vacunación voluntario; este país ya ha vacunado a más de 100,000 personas de alto riesgo.
Rusia ha desarrollado dos vacunas contra la COVID-19. Además de la Sputnik V, que cuenta con el respaldo del Fondo de Inversión Directa de Rusia, hay una segunda en marcha a cargo del Instituto de Vectores de Siberia.
Sin embargo, las pruebas finales para ambas aún no se han completado, por lo que científicos han expresado su preocupación por la velocidad a la que Rusia ha autorizado las vacunaciones masivas.
* Actualizada con aclaraciones del Centro Gamaleya sobre alcances de las recomendaciones.