La variante británica del virus SARS-CoV-2 podría socavar la protección que brindan las vacunas contra el COVID-19, alertó la jefa del programa de vigilancia genética del Reino Unido, Sharon Peacock.
En declaraciones a la cadena británica BBC, Peacock reconoció que la variante conocida como B.1.1.7., es la dominante en su país, y que existe una alta probabilidad de que también “arrase con el mundo”.
La también directora del consorcio COVID-19 Genomics UK señaló que si bien las vacunas como las de Pfizer/BioNTech y Oxford/AstraZeneca son efectivas contra las variantes, las mutaciones podrían socavar su desempeño.
“Lo preocupante es que la variante 1.1.7., que hemos tenido circulando durante algunas semanas y meses, está comenzando a mutar nuevamente. Al tener nuevas mutaciones que afecten la forma en que manejamos el virus en términos de inmunidad y efectividad de las vacunas”.
La funcionaria añadió que “es preocupante que la 1.1.7., que es más transmisible y que ha arrasado con el país, ahora esté mutando para tener esta nueva mutación que podría amenazar la vacunación”.
La cepa británica, también conocida como variante Kent, fue detectada en septiembre de 2020 en el sureste de Inglaterra y rápidamente se diseminó por el país. A febrero de 2021, ya se había detectado en más de 50 países.
Además de la variante británica, hay otras dos que también preocupan a los científicos: la sudafricana, conocida como 20I / 501Y.V2 o B.1.351, y la brasileña, denominada P.1.
“Cuando lo superemos [el virus] o este mute para dejar de ser virulento, entonces podemos dejar de preocuparnos por eso. Pero creo que, mirando en el futuro, estaremos haciendo esto durante años. En mi opinión, seguiremos haciéndolo 10 años más”, advirtió Peacock.