Un equipo internacional de científicos creó por primera vez embriones producto de una mezcla de células humanas y de mono, en una línea de investigación que plantea múltiples interrogantes éticas.
La investigación, publicada en la revista Cell, describe que los embriones fueron creados para encontrar alternativas en la producción de órganos para personas que esperan un trasplante.
Investigadores de Estados Unidos han probado inyectar células madre humanas en embriones de ovejas y cerdos para probar si podrían desarrollar órganos humanos para trasplantes. Sin embargo, este enfoque no ha sido exitoso, apunta la National Public Radio.
En este contexto, el español Juan Carlos Izpisua Belmonte, del Laboratorio de Expresión Genética del Instituto Salk de Ciencias Biológicas en La Jolla, se asoció con un equipo internacional para encontrar una alternativa.
Inyectaron 25 células iPS (células madre pluripotentes inducidas de humanos) en embriones de monos macacos, cuya estructura genética está más relacionada con los humanos que las ovejas y los cerdos.
Después de una jornada, detectaron células humanas que crecían en 132 embriones y los estudiaron durante 19 días. Aprendieron cómo se comunican las células de ambas especies, lo que podría ayudar a encontrar alternativas para cultivar órganos para trasplantes en otros animales.
Debate ético
Los embriones de especies mixtas son llamados quimeras, en referencia a la criatura mitológica, y están formados por partes de león, cabra y serpiente. Izpisua Belmonte descarta que la idea sea crear un “monstruo”.
“Nuestro objetivo no es generar ningún organismo nuevo, ningún monstruo. No estamos haciendo nada de eso. Estamos tratando de entender cómo las células de diferentes organismos se comunican entre sí”, afirmó.
También aseguró que la investigación responde a “uno de los principales problemas de la medicina: el trasplante de órganos”, pero también permitirá explorar áreas como el desarrollo humano temprano, el envejecimiento y las causas de los cánceres, entre otros.
Sin embargo, algunos investigadores son más escépticos. Plantean que la investigación abre múltiples debates éticos, lo que refleja la necesidad de una discusión y regulación previa sobre el alcance de este tipo de investigaciones.
“¿Por qué? Estamos avanzando con la ciencia sin tener una conversación adecuada sobre lo que deberíamos o no deberíamos hacer”, afirmó Kirstin Matthews, miembro de Ciencia y Tecnología del Instituto Baker de la Universidad Rice.
Matthews también preguntó si el embrión debería ser regulado como humano, como un animal o como otra cosa. “¿En qué momento estás tomando algo y usándolo para órganos cuando en realidad está comenzando a pensar y tener lógica?”, planteó.
Otra preocupación es que el uso de células humanas podría producir animales con óvulos o espermatozoides humanos. “Si un mono con esperma humano se encuentra con un mono con óvulos humanos, nadie quiere un embrión humano dentro del útero de un mono”, advierte Hank Greely, bioético de la Universidad de Stanford.
Se espera que en mayo de 2021 la Sociedad Internacional de Células Madre discuta nuevas pautas sobre este tipo de investigaciones.