Una de las grandes interrogantes para la ciencia durante 2021 es por qué la temida variante Delta del COVID-19 es más contagiosa que la cepa normal u otras de preocupación.
Por eso, un grupo de investigadores chinos de los Centros locales para el Control y la Prevención de Enfermedades de Guandong se trazaron como objetivo conocer los tiempos de propagación e infección de Delta.
Los resultados, publicados en la revista Virological, indican que la incubación y posterior prueba positiva tras la muestra PCR es al menos dos días menos que la cepa original del SARS-CoV-2.
De esta manera, la cantidad de tiempo que el virus necesitaba replicarse a niveles lo suficientemente altos como para ser detectable fue de 5.61 días para el virus original y 3.71 días para la variante Delta.
John Connor, investigador de los Laboratorios Nacionales de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Boston, comentó en LiveScience que esto indica que la ventana de contagios es muchísimo menor, lo que aumenta la propagación de manera más rápida.
“Como sabemos, los individuos experimentan un periodo latente después de la infección, durante el cual los títulos virales (concentraciones) son demasiado bajos para ser detectados. A medida que la proliferación viral continúa dentro del huésped, la carga viral eventualmente alcanzará un nivel detectable y se volverá infecciosa. Saber cuándo una persona infectada puede propagar virus es esencial para diseñar estrategias de intervención para romper las cadenas de transmisión”, manifestó.
Lo que sin duda es una información valiosa para actuar rápido en la trazabilidad temprana y en el testeo con muestras PCR a los tres días, aproximadamente.
Los investigadores chinos encontraron que las cargas virales en las infecciones de la variante Delta eran 1,260 veces más altas que las de las infecciones originales del virus. Esto sugiere que la variante puede replicarse en el cuerpo a un ritmo más rápido que el virus original.