Las protecciones contra el coronavirus no se reducen solo a las mascarillas, ya que mucha gente prefiere ocupar los escudos faciales, ya sea por comodidad o porque asumen que al cubrir todo el rostro, genera más seguridad.
Sin embargo, un estudio reciente publicado este 1 de septiembre en en Physics of Fluids indica que estos protectores no serían del todo confiables.
A pesar de que primero se destacan algunos beneficios:
«Los protectores faciales protegen los ojos de salpicaduras y aerosoles de gotitas infectadas. A los escudos también se les han atribuido otras ventajas, como la facilidad de limpieza y desinfección, la reutilización a largo plazo (lo que también es cierto para las máscaras de tela bien construidas) y permitir la comunicación visual de las expresiones faciales para las personas que pueden tener problemas de audición. Los escudos pueden ser una mejor alternativa a las máscaras regulares para combatir la crisis del COVID-19. La opinión de los autores se basa en la premisa de que las eyecciones de la boca y la nariz golpean la visera y su movimiento hacia adelante se detiene por completo».
Sin embargo, Siddhartha Verma, primer autor del estudio y profesor de la Florida Atlantic University, dice que se supone que el experimento es una ilustración de un hecho simple: es posible que los aerosoles más pequeños puedan escapar de los protectores faciales.
De esta manera, lo más recomendable sería utilizar el escudo facial acompañado con una mascarilla.
«Observamos que los protectores faciales pueden bloquear el movimiento inicial hacia adelante del chorro exhalado; sin embargo, las gotitas en aerosol expulsadas con el chorro pueden moverse alrededor del visor con relativa facilidad. Con el tiempo, estas gotitas pueden dispersarse en un área amplia tanto en dirección lateral como longitudinal, aunque con una concentración de gotita decreciente», concluye el estudio.