No han sido fáciles los últimos meses para Li-Meng Yan. La viróloga nacida en Hong Kong ha acusado abiertamente al gobierno de su país de haber ocultado información sobre la pandemia originada por el coronavirus.
Ha sido tanto el revuelo causado, que la joven profesional ha recibido amenazas de muerte y ha tenido que huir de su país y refugiarse en Estados Unidos. Ha sido un periodo fructífero, porque la viróloga ha trabajado junto a su equipo (otros científicos chinos exiliados por el mismo motivo), con el fin de probar sus afirmaciones.
El resultado de esta labor ha sido un polémico informe que sugiere un origen artificial del coronavirus. El estudio fue titulado Características inusuales del genoma del SARS-CoV-2 que sugieren una sofisticada modificación en laboratorio en lugar de una evolución natural, publicado en Zenodo y avalado por la Rule of Law Society.
Argumentos
Para sustentar su hipótesis de que el coronavirus fue elaborado de forma artificial, Li-Meng Yan, junto a otros tres científicos que firmaron la investigación, se apoyan en tres líneas de evidencias.
Una de ellas sostiene que la secuencia genómica del SARS-CoV-2 es similar a la de un coronavirus de murciélago descubierto por laboratorios militares de la Tercera Universidad Médica Militar de Chongqing, en China, y el Instituto de Investigación de Medicina del Comando de Nanjing, del mismo país.
El segundo dato señala que “el motivo de unión al receptor (RBM) dentro de la proteína spike del SARS-CoV-2, que determina la especificidad del huésped del virus, se parece al del SARS-CoV de la epidemia de 2003 de una manera sospechosa. La evidencia genómica sugiere que la RBM ha sido manipulada genéticamente”.
Por último, los investigadores a cargo del polémico trabajo afirman que «SARS-CoV-2 contiene un sitio de escisión de furina único en su proteína spike, que mejora enormemente la infectividad viral y el tropismo celular. Este sitio de escisión, que se halla completamente ausente en esta clase particular de coronavirus que se encuentran en la naturaleza, por lo que puede que no sea el producto de la evolución natural y podría haberse insertado en el genoma del SARS-CoV-2 artificialmente».
Como conclusión principal, los investigadores argumentan que el coronavirus que ocasionó la presente pandemia sería “un producto de laboratorio creado utilizando los coronavirus de murciélago ZC45 y/o ZXC21 como plantilla. La proteína S habría sido manipulada artificialmente, después de lo cual el virus adquirió la capacidad de unirse a ACE2 e infectar a los seres humanos”.
El documento también señala que todo el proceso en el laboratorio habría tardado cerca de seis meses. Li-Meng Yan y su equipo adelantan que podrían publicar un segundo informe, que evidenciaría “la naturaleza espuria del coronavirus de murciélago (Bat-CoV-RaTG13)”.