Este es un gran año para los investigadores del grafeno, quienes continúan identificando asombrosas nuevas aplicaciones para este material. Y ahora, parece que también ayudará en la lucha contra el cáncer.
El grafeno se obtiene a partir de una sustancia abundante en la naturaleza, el grafito, el cual se emplea en la fabricación de diversos, como por ejemplo la mina de los lápices. Pero los expertos consideran que la utilidad del grafeno es prácticamente ilimitada. Además, es el material más fuerte que existe, según ha sido confirmado por científicos en la universidad de Columbia en la revista ‘Science‘.
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En un reporte reciente, científicos de la UIC dieron a conocer que este elemento demostró ser muy eficaz en la detección temprana del cáncer, lo que sugiere la posibilidad de una futura herramienta no invasiva para el diagnóstico precoz.
El trabajo fue llevado a cabo por científicos de la Universidad de Illinois en Chicago, quienes colocaron células cerebrales (astrocitos) tomadas de ratones sobre una lámina de grafeno, que comprendía una capa de átomos de carbono de un átomo de espesor. Allí, encontraron que la lámina era capaz de distinguir entre una sola célula cancerosa (glioblastoma o célula GMB) y una célula normal.
«Lo que hemos demostrado es que un sistema basado en el grafeno puede detectar la actividad de una célula y, al hacerlo, podemos diferenciar entre una célula cancerosa y una célula normal», dijo a Digital Trends el Dr. Vikas Berry, profesor asociado y Jefe del Departamento de Ingeniería Química de la UIC. «Eso ocurre porque una célula cancerosa es hiperactiva y tiene una bioquímica diferente en su superficie y varios grados de actividad que exhibe. Sobre la base de la actividad de la célula, somos capaces de hacer nuestra diferenciación».
Las increíbles capacidades de detección del cáncer del grafeno se relacionan con su impresionante conductividad eléctrica. Cuando se exponía a una célula cancerosa hiperactiva, el campo eléctrico alrededor de la célula expulsaba los electrones propios de la nube de electrones compartida del grafeno. Esto cambia la energía de vibración de los átomos de carbono, lo que puede ser estudiado usando mapas de energía de vibración de ultra alta resolución. Como resultado de esta investigación y procedimiento, los investigadores fueron capaces de decir con qué tipo de célula se relacionaba el grafeno.
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Sin embargo, todavía está muy lejos del uso clínico. Pero los investigadores esperan expandirse más allá de los ensayos con ratones, a biopsias de pacientes humanos en el futuro. También esperan que el mismo enfoque se podría utilizar para distinguir entre diferentes tipos de bacterias, y también identificar las células falciformes.
«Es un mecanismo increíblemente sensible para la detección», continuó Berry. «Es algo muy emocionante y podría tener impactos significativos en el mundo real».