Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Rochester y la Universidad de Nueva York encontró pruebas de que las madres con inmunidad frente al COVID-19 (adquirida por la enfermedad o las vacunas) produjeron leche materna con anticuerpos activos contra el SARS-CoV-2.
De acuerdo con el estudio, las madres que tenían inmunidad adquirida por la enfermedad produjeron altos niveles de anticuerpos de inmunoglobulina A (lgA) contra el virus en la leche materna, mientras que la inmunidad adquirida por la vacuna produjo sólidos anticuerpos de inmunogloblunia G (lgG).
Ambos anticuerpos proporcionan neutralización contra el virus y es la primera vez que se descubren pruebas de este tipo para los lgA y lgG, de acuerdo con los autores del estudio.
“Una cosa es medir las concentraciones de anticuerpos, pero otra es decir que los anticuerpos son funcionales y pueden neutralizar el virus del SARS-CoV-2”, explicó Bridget Young, coautora de la investigación.
“Uno de los hallazgos emocionantes de este trabajo es que la leche materna, tanto de las madres con infección por COVID-19 como de las madres que recibieron la vacuna de ARNm, contenía estos anticuerpos activos que eran capaces de neutralizar el virus”.
En estudios anteriores se había demostrado la presencia de anticuerpos en la leche materna de las madres contagiadas con el COVID-19.
De cualquier manera, los investigadores afirman que estos anticuerpos no pueden sustituir la vacunación en los menores.
“El estudio no implica que los niños estén protegidos de la enfermedad y los anticuerpos de la leche materna no pueden ser un sustituto de la vacunación para los bebés y los niños, una vez aprobada”.