Debido al aumento en el número de contagios durante las últimas semanas, Austria tomó una medida drástica respecto a quienes no hayan sido inoculados.
En conferencia de prensa, el canciller Alexander Schallenberg anunció que los residentes que no se han vacunado deberán permanecer en confinamiento obligatorio.
La medida comenzará a regir a partir de este lunes 15 de noviembre y durará inicialmente 10 días. Las personas que no estén vacunadas solo podrán salir de sus casas por razones urgentes, como comprar alimentos o visitar al médico.
Los habitantes de la nación también podrán ir a trabajar, pero para eso deberán presentar diariamente un PCR negativo de no más de 48 horas.
“La situación es seria. La cuarta ola [de la pandemia] nos afecta plenamente. Eso se debe a la variante Delta del virus, pero también a la baja cuota de vacunación”, señaló el canciller.
Según cifras oficiales, se estima que el porcentaje de vacunados en la nación europea llega a 65 por ciento, lo que constituye una cifra “vergonzosamente baja”, según Schallenberg.
La intención de las autoridades austriacas es usar el confinamiento obligatorio para incentivar la vacunación entre la población de 9 millones de habitantes.
Para que esto se cumpla, desde el gobierno han desplegado un amplio número de efectivos policiales que estarán encargados de que los no vacunados no ingresen a los lugares prohibidos para ellos: restaurantes, peluquerías, bares y gimnasios, entre otros.
Los efectivos estarán autorizados para solicitar los certificados de vacunación a cada ciudadano que transite por la vía pública.
De acuerdo con los datos entregados el sábado 13 de noviembre, el total de casos positivos por coronavirus registrado en 24 horas llegó a los 13,152 en todo el territorio.