En su libro más reciente The Genesis Machine, Amy Webb, escritora y fundadora del Future Today Institute, advierte que los terroristas podrían crear virus sintetizados en un laboratorio y utilizarlos con “fines nefastos”.
Webb explica que los científicos ya han logrado replicar virus potencialmente dañinos, como el poliovirus y la viruela.
Si bien algunos afirman que este tipo de trabajos podría impulsar nuevos avances científicos, otros señalan que se trata de una estrategia de sabotaje financiada por el gobierno.
En su libro, Webb asegura que en 2011 Ron Fouchier, virólogo del Centro Médico Erasmus, fue capaz de cambiar el ADN del virus de la gripe aviar H5N1 para hacerlo transmisible de aves a humanos y entre humanos.
La escritora menciona que la investigación de Fouchier fue financiada por el gobierno de Estados Unidos. De hecho, y debido a los graves riesgos que implicaba, el Consejo Nacional de Asesoramiento Científico para la Bioseguridad pidió a las revistas académicas que redactaran partes del artículo para garantizar que los detalles no terminaran en “manos equivocadas”.
El problema es que los documentos de investigación de código abierto y el material genético por correo que se usa en los laboratorios caseros podría caer en manos “peligrosas”, según los investigadores.
En efecto, advierten que los patógenos manipulados podrían usarse para construir armas biológicas no naturales.
“La protección tradicional de las fuerzas (las estrategias de seguridad para mantener a las poblaciones a salvo) no funcionará contra un adversario que haya adaptado productos genéticos o moléculas de diseño para utilizarlos como armas biológicas”, escribe Webb en su libro.
Una opinión similar tiene el experto en bioseguridad Piers Millet: “Si intentas crear deliberadamente un patógeno que sea mortal, que se propague fácilmente y que no tengamos medidas de salud pública adecuadas para mitigarlo, entonces esa cosa que creas está entre las cosas más peligrosas del planeta”.
Por lo mismo, la comunidad científica aclara que es necesario vigilar este tipo de trabajos de manera tan estrecha como se hace con el desarrollo de tecnologías nucleares.