“Immortals Fenyx Rising es una de las grandes sorpresas de 2020 y bien podría ganar el título –no oficial– de ser “el mejor juego del que jamás oíste hablar”.”
- La mezcla de elementos del juego se siente muy orgánica.
- Las mecánicas RPG, pese a estar reducidas, cumplen a la perfección.
- El tamaño del mapa favorece la exploración sin pérdidas de tiempo.
- Algunos niveles de puzzles se extienden más de la cuenta.
Immortals Fenyx Rising debe ser uno de los juegos de una compañía grande que menos expectativas traía previo a su estreno. De partida, no mucha gente sabía que existía o de qué se trataba. Y a eso hay que sumarle que el juego cambió de nombre: originalmente se llamaba Gods & Monsters, pero una disputa de marcas registradas con la compañía de bebidas energéticas provocó que se le pusiera el nombre actual.
Dicho lo anterior, Immortals Fenyx Rising es una de las grandes sorpresas de 2020 y bien podría ganar el título –no oficial– de ser “el mejor juego del que jamás oíste hablar”. Porque detrás de su estética parecida a Breath of the Wild y su esquema de mundo abierto característico de los juegos de Ubisoft, se esconde un producto muy refinado y bien armado.
Immortals Fenyx Rising es el juego de mundo abierto que jamás pensamos que Ubisoft haría.
Una agradable e inesperada sorpresa
Lo de Immortals siendo un juego impensado de Ubisoft lo menciono porque ya en 2020 el modelo de los juegos de mundo abierto está muy estandarizado y sobre todo si se trata de llenar un mapa de íconos y actividades varias que parecen interminables. Immortals no escapa a eso, pero la propuesta es algo más sutil, o mejor dicho, más tranquila en la manera de ir desplegando esas actividades.
Y esto va de la mano con la excusa argumental del juego. Fenyx, el protagonista, termina en una playa víctima de un naufragio. Desde ahí, los narradores Zeus y Prometeo, comienzan a armar una historia que ve cómo el protagonista se encarga de restaurar a algunos de los más clásicos dioses griegos a una forma más digna de su categoría. Entonces, lo que hace unos minutos comenzó como algo que no tiene un objetivo muy caro, poco a poco se va convirtiendo en un juego con un tono muy liviano y con un humor bien destacable, pero que pese a tomarse las cosas a la ligera no se queda atrás siendo un juego sencillo en cuanto a mecánicas ni diseño de misiones o niveles en general.
Si bien Immortals Fenyx Rising tiene el sistema de mundo abierto que se puede esperar de cualquier juego de Ubisoft, hay algunos detalles que lo hacen muy diferente al Assassin’s Creed o Watch Dogs de turno. Lo primero salta a la vista nada más empezar: en Immortals nada busca ser realista, sobre todo en lo que tiene que ver con la presentación audiovisual. Y por lo tanto, el juego se hace agradable desde el primer minuto, porque en la suma, el cómo se ve, cómo se escucha y cómo se narra son un factor importante para que Immortals sea interesante desde la pantalla de inicio.
La formula de Ubisoft, ahora más fresca
Pero la presentación visual es una cosa y la parte interactiva es otra más importante todavía. Immortals Fenyx Rising es un RPG light, ya que si bien tiene todos los elementos típicos de estos juegos, la implementación es bastante más sencilla. El combate es sencillo y se basa en ataques cuerpo a cuerpo con hachas y espadas, o a distancia con un arco y diferentes tipos de flechas. Hay una barra de resistencia, pero que solo se consume al escalar por una pared (muy al estilo Breath of the Wild), al correr o al flotar con las alas equipadas.
Quizás lo más profundo en cuanto al combate está dado por las dos barras que tienen los enemigos: la barra de salud tradicional y una barra de resistencia que se llena al recibir golpes y que cuando se completa, deja aturdido al rival y propenso a recibir ataques a destajo por un tiempo limitado.
Las diferentes particularidades del combate hacen que el ejercicio de batirse con varios enemigos a punta de golpes es una experiencia muy satisfactoria. En general el juego no es muy difícil, pero hay varios elementos a los que los jugadores más avanzados le pueden prestar atención, como por ejemplo, los contraataques en el momento preciso que funcionan bajo la siguiente lógica: si se omiten no pasa nada, pero si se aprovechan bien, la experiencia aumenta y sobre todo contra los jefes.
Aún cuando el juego tiene mecánicas y sistemas diversos alrededor de la movilidad, del combate o de la gestión del equipamiento y el inventario, nunca se llega al punto de abrumar con tantas cosas a las que prestarles atención. Porque a la larga, Immortals Fenyx Rising parece estar diseñado como para disfrutarse tipo paseo, que ofrece diversas opciones de actividades a medida que se explora por esta versión caricaturizada de las islas griegas. Es fácil compararlo con Breath of the Wild por cómo se ve, pero este juego corre con una ventaja, a mi juicio: su diseño es mucho más compacto y por lo tanto, no se pierde tiempo caminando por grandes espacios vacíos donde no hay nada.
Sería injusto, eso sí, decir que Immortals Fenyx Rising no bebe elementos del más reciente juego de Zelda, porque la realidad es todo lo contrario: especialmente las áreas de puzzles están muy influenciadas por la propuesta de Breath of the Wild. A lo largo del mapa se encuentran diversas cámaras o salas, que son básicamente un espacio flotante donde resolver un desafío, que casi siempre implica encontrar la forma de avanzar hasta conseguir un objeto.
Ninguno de estos rompecabezas es muy complejo, aunque los más largos sí requieren dedicarle un buen rato a, primero, entender la mecánica principal de la cámara en cuestión y luego aplicarla a las barreras que van apareciendo, por lo general con una dificultad incremental. Los puzzles en general tienen un buen diseño y entregan premios lo suficientemente buenos como para dedicarse a completar los que están repartidos por todo el mapa; normalmente estos premios son monedas u objetos de varios tipos que sirven para mejorar las estadísticas de Fenyx, el personaje principal.
Hay algo que salta a la vista a medida que se avanza por Immortals y que tiene que ver con lo bien cohesionados que están todas las partes y elementos del juego. Resolver puzzles en el juego, guste más o guste menos ese tipo de actividades, es una actividad interesante. El combate con enemigos de todo tipo tiene un buen feeling, aún con su sencillez. Actividades tan simples como recorrer el mapa recogiendo frutas, resolviendo puzzles pequeños o tratando de domar una montura son cosas que, primero, están bien implementadas y segundo, se sienten orgánicas dentro de esta versión tipo Pixar de la antigua Grecia.
Quizás cohesión es el concepto que mejor resume lo que es Immortal Fenyx Rising como videojuego. Y luego de 25 horas de juego en las que se puede completar la historia principal y unas cuantas actividades extra, es imposible no hacer una comparativa con el resto de productos similares que vende Ubisoft, al menos en cuanto a su esquema. Ya comenté al principio que este juego es de mundo abierto y cumple con la lista básica de elementos que no pueden faltar: actividades principales, actividades secundarias, torres a las que subirse para abrir partes del mapa, elementos aleatorios, etcétera.
En el papel, todo esto se lee muy conservador y sin embargo, las sensaciones que va dejando el juego son muy diferentes a la seriedad y solemnidad exagerada con la que se presentan juegos como Assassin’s Creed Odyssey. Y menciono Odyssey porque ambos comparten la misma ambientación basada en la mitología griega, pero mientras el primero es un juego que dura más de 100 horas y que tiene lineas narrativas complejas e interminables, el reciente Immortals es una versión que nunca pretende ser serio.
Immortals Fenyx Rising es un juego muy cohesionado
La relativa falta de seriedad de Immortals, a la larga, termina potenciando por completo la propuesta. Porque en este juego los límites tienen que ver más con balancear un tipo de mecánicas -por ejemplo, la barra de resistencia que impide volar o escalar de forma infinita- y no tanto con mantener una propuesta aterrizada y coherente con la historia que se quiere contar. En ese sentido, Immortals parece por momentos un juego anti Ubisoft. Un proyecto nacido y desarrollado sin las amarras de los juegos más ambiciosos de la compañía, algo que nunca le juega en contra en lo que respecta a su diseño como videojuego.
En cambio, sí podríamos inferir que este proyecto se creó con recursos más acotados y eso también influye en la manera en que se promociona. Immortals Fenyx Rising es un juego que probablemente mucha gente ni siquiera sepa que existe, amén de que es una franquicia nueva que incluso cambió de nombre a medio camino. Y eso explica que, incluso ahora, buena parte del público objetivo de estos juegos no sepa ni de que se trata.
Así las cosas, sirva este texto para ensalzar este producto: Immortals Fenyx Rising es un juego excelente que comprueba que se pueden hacer juegos de mundo abierto con un origen formulaico y que aún así se sientan absolutamente frescos. Y tanto, que por muchos momentos es fácil olvidarse que estamos frente a un juego de Ubisoft, plagado de íconos en el mapa.