Si eres padre, conoces bien la situación: tus hijos disfrutando de un generoso ancho de banda para canales en streaming emitiendo a 4K o, tal vez, liberando cortisol a expuertas gracias a Fortnite. Y qué decir de la permanente conexión de los teléfonos y las redes sociales. Pero en otro tiempo, las cosas no eran así. No había ni conexión a internet y hemos querido hacer una interpretación de Back to the future, pero comparando tecnologías. ¿Cómo sería la realidad de un adolescente actual en el pasado?
Televisión
Los más mayores lo recordarán bien: la televisión debutó en la década de los 60 y lo hizo de una forma muy tímida. Los hogares con un televisor podían considerarse como privilegiados y el dispositivo en sí era tan caro, que no todo el mundo podía permitírselo. Los que éramos niños aquellos años recordamos cómo en España antes solo había dos canales de televisión que emitían apenas unas horas y en blanco y negro. No había mandos a distancia y toda la familia se congregaba a la misma hora en todo el país en torno al televisor.
La oferta se limitaba a esas pocas cadenas y a unas horas de emisión, con lo que tenías que disfrutar de lo que estaba en antena o dejar de ver el televisor. ¿Te imaginas a un adolescente de nuestro tiempo ante esta situación?
Teléfonos
¿Te imaginas a un joven o adolescente salir de casa sin el teléfono? Pues bien, en un tiempo no tan lejano no existían y, de hecho, la única forma de contactar con tus amigos era llamar a su casa… al fijo. En aquel trago había que pasar por el filtro de los padres y hermanos, y —claro— tu amigo no siempre estaba en casa. ¿Instagram? ¿Tik Tok? Nada de eso, la creatividad se solía limitar a lo que permitía un balón de fútbol o cualquier palo o piedra que encontraras en el suelo, algo inimaginable en un adolescente o joven de la generación actual, pero lo cierto es que quienes pasamos por ahí no nos aburríamos.
Video a demanda
Tuvieron que pasar muchos años antes de que, quienes nacimos con la eclosión del televisor, pudiéramos disfrutar con algo tan sencillo como grabar contenido para disfrutarlo más tarde. Y qué decir de poder disfrutar de una película a demanda, la que queramos y en el momento que nos venga mejor. Eso que ahora nos resulta imprescindible, llegó de la mano de los sistemas de video, Beta, Vídeo 2000 y VHS, estableciéndose este último como estándar en el mercado. Imagina explicar al adolescente que «viaja» en el tiempo que tiene que esperar hasta un año o más para poder optar a ver una película actual y que, además, deberá trasladarse a un local conocido como «videoclub», en el que tendrá que cruzar los dedos para que la copia no esté alquilada.
Computadoras
Hubo un tiempo en el que la computación personal era algo de unos pocos que podían optar a equipos como el Sinclair ZX Spectrum o los Amstrad y Commodore posteriormente. La capacidad de esos equipos era irrisoria si la comparamos con los estándares actuales y basta con decirte que cualquier wearable es mil veces más potente que la mejor computadora que pudieras comprar en el momento. Aquellas máquinas pioneras comenzaron la lenta transformación en los hogares y abrieron la veda de los videojuegos en casa. ¿Cómo eran? Los que tuvieron una Spectrum saben bien lo que era conectar un casete al equipo y a partir de ahí ejecutar títulos míticos como Atic Atac.
Claro que para ello era necesario armarse de paciencia y esperar a que la conexión de los datos mediante tonos cargara toda la secuencia. Maravillosos tiempos que ahora harían sonrojar a cualquier ante la potencia de las computadoras actuales y la calidad de los millonarios juegos del momento. Otro tanto puede decirse de las primeras consolas, como las Atari, que necesitaban una auténtica eternidad en cargarse y poco tendrían en comparación con una PlayStation 4.
Los relojes «inteligentes»
Los viajeros del tiempo que usaron smart watchs se encontrarían sin Apple Watch ni Galaxy Watch en sus muñecas. En su lugar, las hallarían desnudas o, en el mejor de los casos, con un reloj analógico, regalo de la primera comunión. Aquella generación dio el salto hacia lo digital con el fabricante japonés Casio, que surtió de una gran gama de modelos en un amplio abanico de precios. Las pantallas de aquellos relojes eran monocromo, y para mirar la hora de noche debías pulsar un botón que encendía, literalmente, una luz en uno de los extremos. Este botón lo pulsábamos con fruición quienes tuvimos uno de esos relojes y queríamos impresionar a nuestros amigos.
¿Naciste en la década de los 70? ¿Cómo fue tu infancia en lo relativo a la tecnología? Los que ya acumulamos unos años miramos aquella época con cierta nostalgia, aunque ahora somos los primeros en palidecer cuando viajamos a una zona sin cobertura o nos dejamos el teléfono en casa…