Una de las tradiciones de comienzos de año, es la que hace la Junta de Ciencia y Seguridad de los Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago, que entregó el Reloj del Juicio Final de 2025.
Fundada en 1945 por Albert Einstein, J. Robert Oppenheimer y otros científicos, el Bulletin of the Atomic Scientists creó el Reloj del Juicio Final dos años más tarde del Proyecto Manhattan (bomba atómica), utilizando las imágenes del apocalipsis (medianoche) y el lenguaje contemporáneo de la explosión nuclear (cuenta regresiva hasta cero) para transmitir amenazas a la humanidad y al planeta. El Reloj del Juicio Final es establecido cada año por la Junta de Ciencia y Seguridad del Boletín en consulta con su Junta de Patrocinadores, que incluye a nueve premios Nobel. El reloj se ha convertido en un indicador universalmente reconocido de la vulnerabilidad del mundo a las catástrofes globales causadas por las tecnologías creadas por el hombre.
«En 2024, la humanidad se acercó cada vez más a la catástrofe. Las tendencias que han preocupado profundamente a la Junta de Ciencia y Seguridad continuaron y, a pesar de las señales inequívocas de peligro, los líderes nacionales y sus sociedades no han hecho lo necesario para cambiar el rumbo. En consecuencia, ahora movemos el Reloj del Juicio Final de 90 segundos a 89 segundos para la medianoche, lo más cerca que ha estado de una catástrofe. Nuestra ferviente esperanza es que los líderes reconozcan la difícil situación existencial del mundo y tomen medidas audaces para reducir las amenazas que plantean las armas nucleares, el cambio climático y el posible uso indebido de la ciencia biológica y una variedad de tecnologías emergentes», dicen en el boletín.
Algunas de las causas son el riesgo nuclear, el cambio climático y las amenazas biológicas, pero la tecnología cumple un papel preponderante.
«Una serie de otras tecnologías disruptivas avanzaron el año pasado de maneras que hacen que el mundo sea más peligroso. En Ucrania y Oriente Medio se han utilizado sistemas que incorporan la inteligencia artificial en la selección de objetivos militares, y varios países se están moviendo para integrar la inteligencia artificial en sus ejércitos. Tales esfuerzos plantean preguntas sobre hasta qué punto se permitirá a las máquinas tomar decisiones militares, incluso decisiones que podrían matar a gran escala, incluidas las relacionadas con el uso de armas nucleares. Las tensiones entre las principales potencias se reflejan cada vez más en la competencia en el espacio, donde China y Rusia están desarrollando activamente capacidades antisatélite; Estados Unidos ha alegado que Rusia ha probado un satélite con una ojiva ficticia, lo que sugiere planes para colocar armas nucleares en órbita», añade el boletín.
Faltan 89 segundos para la medianoche.