Una de las demandas legales del año llegó a su fin. Después de alrededor de un año de estarla siguiendo, Uber llegó a un acuerdo con Waymo, después de que este lo acusó de robar propiedad intelectual para desarrollar tecnología autónoma para carros, a través de uno de sus ex empleados, Anthony Lewandowski.
Uber aceptó pagar 0.34 por ciento en acciones. Los inversionistas estiman que el costo de Uber s de $72,000 millones (72 billones) de dólares, lo que significa que Waymo recibirá aproximadamente $245 millones de dólares. Uber propuso llegar a este acuerdo con el fin de evitar un avergonzante veredicto del jurado que además ahorran tiempo y dinero.
Waymo, la compañía de desarrollo de vehículos de auto conducción que surgió como parte de los proyectos de Google en esta área, presentó una demanda legal contra Uber. La demanda alega que el servicio de transporte compartido robó parte de la tecnología de su propiedad para automóviles autónomos. Waymo comenzó como Alphabet de Google y se convirtió en una empresa independiente.
En el caso de Waymo versus Uber, el demandante afirma que el ex empleado Anthony Levandowski robó mas de catorce mil archivos de su propiedad y los utilizó para iniciar una nueva empresa. La compañía en cuestión es Otto, la empresa de tecnología de conducción autónoma adquirida por Uber el pasado mes de agosto por 680 millones de dólares. Otto presentó un camión de carga de auto conducción a finales del año pasado.
Uber ha negado repetidamente las acusaciones de Waymo, nombrándolas como “nada más que un intento infundado de frenar a un competidor”.
La demanda alega competencia desleal, infracción de patentes y apropiación indebida de secretos comerciales. También afirma que la supuesta tecnología robada otorgó a los empleados de Otto más de 500 millones de dólares, por lo que Waymo pidió a un juez federal que ponga fin al programa de auto-conducción de su rival. Parte de la solicitud fue concedida, aunque la forma en que afectará a Uber no está clara porque los documentos permanecen sellados.
Uber ha negado repetidamente las acusaciones de Waymo, nombrándolas como «nada más que un intento infundado de frenar a un competidor».
La demanda fue presentada ante el juez estadounidense William Alsup, quien recientemente se dirigió a la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para determinar si el gobierno debería involucrarse. Hizo hincapié en que el caso debe permanecer en el tribunal, y rechazó la solicitud de Uber de contratar a un mediador privado con el fin de mantener los detalles sucios de la batalla legal fuera del ojo público.
«El tribunal no toma posición sobre si una acusación está o no está justificada, esa es una decisión enteramente a cargo del Fiscal de los Estados Unidos», escribió el juez Alsup.
De acuerdo con la demanda, Waymo se dio cuenta de la situación cuando fue copiado inadvertidamente en un correo electrónico de un proveedor que mostraba una placa de circuito LIDAR de Uber, (Laser Imaging Detection and Ranging) que tenía un «parecido sorprendente» a uno de los diseños de Waymo. La denuncia acusa a Levandowski de descargar los 14.000 archivos en cuestión en diciembre del 2015. Eso supuestamente incluía la placa de circuito LIDAR, parte de un sensor que ayuda a los automóviles autónomos a «ver» su entorno.
Levandowski, quien invocó la Quinta Enmienda para evitar la autoincriminación en relación con el caso, dejó a Waymo en enero del 2016 y formó Otto en mayo. La demanda alega que, antes de su partida, creó un nombre de dominio para su nueva empresa, y dijo a otros empleados de Waymo que planeaba «replicar» la tecnología de la compañía para un competidor. Según los abogados de Waymo, crear la compañía Otto fue una manera inteligente de ocultar su acuerdo con Uber de los ejecutivos de Google.
Uber continúa probando los automóviles de conducción automática para usarlos en su servicio de transporte compartido en Pittsburgh, Pensilvania y Tempe, Arizona. Los autos fueron trasladados a la ciudad de Arizona después de un lanzamiento interrumpido en San Francisco. Esa operación fue cerrada cuando el Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) de California revocó las matrículas de los vehículos de prueba de Uber, después de que la compañía se negó a solicitar los permisos de prueba correctos.