El doctor Philip Nitschke, creador de Sarco —una máquina diseñada para el suicidio asistido—, planea un dispositivo más polémico.
De acuerdo con una entrevista con el medio británico The Independent, Nitschke quiere crear un implante corporal capaz de matar a quien lo use si este olvida desactivarlo. El médico explica que el dispositivo está destinado a personas con enfermedades cerebrales degenerativas, como el alzhéimer o la demencia.
El implante requeriría que el usuario lo desactive diario; si este lo olvida, emitiría un sonido durante un día o dos para alertarlo. En caso de que el usuario no reaccione (lo que según el Nitschke sería signo de que la enfermedad ha avanzado demasiado), el implante acabaría con su vida.
“En algunos lugares, cuando una persona sufre demencia pero todavía está en su sano juicio, se le permite suscribir un documento legal en el que autoriza a que, si le ocurre tal cosa, acaben con su vida. Años después un médico puede leer ese papel y ponerle legalmente una inyección para darle fin a su sufrimiento”. Según el médico, este implante le daría una mayor responsabilidad al propio usuario para cumplir lo que en su momento pidió, que es “no seguir viviendo como un vegetal”.
El médico no ha dado más detalles sobre el funcionamiento del dispositivo, pues este aún es un concepto en el que un equipo de especialistas de su organización trabaja. Ni siquiera se ha determinado qué sustancia se utilizaría para causar la muerte a quienes decidan implantárselo en el cerebro.