Un hecho nunca visto fue lo que documentó un estudio publicado en la revista Physical Review Letters, luego de que dos agujeros negros giraran rápidamente antes de estrellarse en una explosión cataclísmica, la cual provocó un destello de luz y ondas de choque que salieron disparadas a través del universo.
Lo más significativo del descubrimiento es que los agujeros negros eran conocidos por no producir ninguna luz, sino que más bien por absorberla, dada la altísima densidad que presentan.
Matt Graham, profesor de investigación de astronomía en Caltech y autor principal del estudio, lecomentó al sitio The Verge que «si se fusionan dos agujeros negros se espera no ver nada. Pero debido a que los agujeros negros están rodeados por un disco de acreción (término que se utiliza para nombrar el crecimiento de un cuerpo por agregación de cuerpos menores), la situación cambia».
La luz, por tanto, se habría provocado porque los giros de estos agujeros negros ayudaron a levantar y absorber todo el material de gas y particulado alrededor.
Los investigadores identificaron este extraño evento con la ayuda de la colaboración de LIGO-Virgo, una asociación científica internacional que se ha vuelto cada vez más eficiente en detectar eventos cataclísmicos.
Según explicaron los científicos a The Verge, «cuando los agujeros negros se fusionaron, es probable que el agujero negro resultante que se formó fuera expulsado del disco polvoriento circundante. Sin embargo, ese agujero todavía está orbitando alrededor del agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia, y probablemente se cruzará con el disco caliente de gas en un año o dos, calentando el material y causando otra llamarada brillante».
«Si el equipo ve otro brillo en la misma galaxia, la medición de la erupción podría ayudarle a aprender más sobre esta galaxia y restringir mejor qué tan grande es el agujero negro supermasivo en el centro», indicaron.