Nueve meses después de que los vuelos a bordo de aviones 737 Max fueran detenidos en todo el mundo tras dos accidentes fatales, Boeing anunció que suspendería la producción de la aeronave.
En octubre de 2018, un vuelo de Lion Air se desplomó poco después del despegue cerca de Yakarta, Indonesia. En ese accidente fallecieron los 157 pasajeros que iban a bordo del 737 Max. Cinco meses después, en marzo de 2019, 189 personas murieron cuando una máquina de Ethiopian Airlines se estrelló en Etiopía, cerca de Adís Abeba.
Boeing, que asegura que la falla que ocasionó los accidentes ya ha sido corregida, tomó la decisión de detener la producción del avión a partir de enero de 2020 después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) declarara que debía realizar una revisión exhaustiva de los cambios de diseño realizados al 737 Max. Actualmente, alrededor de 400 aeronaves de este tipo que fueron fabricadas recientemente se encuentran almacenadas. De todos modos, se planea ponerlas en circulación una vez que la situación se normalice.
La compañía emitió una declaración asegurando que “nuestra principal prioridad es que el 737 Max regrese al servicio con seguridad. Sabemos que el proceso de aprobar el retorno del 737 Max al servicio, así como de determinar los requisitos de capacitación apropiados, debe ser extraordinariamente exhaustivo y riguroso, para garantizar que nuestros reguladores, los clientes y el público que vuela confíen en las mejoras realizadas al modelo”.
Actualmente alrededor de 500 aviones de este tipo se encuentran detenidos en todo el mundo, con todas las cancelaciones y cambios de itinerarios que eso implica para las aerolíneas. Se reporta que hasta el momento este problema le ha costado $9 billones ($9,000 millones) de dólares a Boeing, y la cifra no deja de crecer.
“Hemos señalado que seguiríamos evaluando continuamente nuestros planes de producción, por si la suspensión del Max continúa durante más tiempo del esperado”, agregó la compañía.