La atmósfera sobre la Antártica, a unos 56 kilómetros de la Tierra, se está enfriando diez veces más rápido que el calentamiento promedio de la superficie del planeta, producto de los gases de efecto invernadero.
Aunque estos gases han provocado cambios drásticos de temperatura en el global, provocando un aumento de éstas y en los niveles de agua, también son los responsables de enfriamiento de la atmósfera, según The Sciences Times.
Los resultados del estudio de la División Antártica del Gobierno de Australia mostró que la mesosfera es extremadamente sensible al aumento de gases de efecto invernadero, brindando una oportunidad de determinar el alcance de las intervenciones gubernamentales para reducir las emisiones de carbono.
Resplandor del aire
Los científicos de la estación de investigación de Davis en Australia tomaron más de 600,000 mediciones de temperaturas en la mesosfera sobre la Antártica.
Para lograrlo, utilizando espectrómetros, instrumentos que analizan el brillo infrarrojo que irradian las moléculas de hidroxilo, que están en una capa delgada a aproximadamente 54 millas sobre la Tierra.
Los científicos llaman a esto el «resplandor del aire», que les ayuda a medir la temperatura en esa parte de la atmósfera.
Los resultados mostraron que el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en esa área no tienen el mismo efecto de calentamiento que en la atmósfera inferior. Según los científicos, el exceso de energía irradiaba al espacio, creando un efecto de enfriamiento.
Los resultados revelaron que durante los últimos 24 años, la temperatura en la atmósfera superior se ha enfriado en 3 grados Celsius o igual a 1.2 grados Celsius por década.
Eso es aproximadamente diez veces más rápido que el calentamiento promedio en la atmósfera inferior, que es de 1.3 grados centígrados durante el siglo pasado.
Los científicos identificaron varios factores que podrían influir en el enfriamiento de la atmósfera, como el ciclo estacional, el ciclo de actividad de 11 años del Sol en la mesosfera y su ciclo de cuatro años, llamado Oscilación Cuasi-Cuadrienal (QQO).
Los hallazgos también prometen arrojar nuevas evidencias sobre la variabilidad de las nubes más altas de la Tierra, llamadas nubes noctilucentes o «nocturnas».