Las contraseñas son un asunto complicado, especialmente debido a su importancia. Necesitamos una para la app del banco, otra para los perfiles de redes sociales, los servicios de streaming, tarjetas de lealtad, supermercados… la lista es larga y no deja de crecer. Encima está el tema de los engorrosos e interminables requisitos para establecer contraseñas nuevas. Necesitas una mayúscula por aquí, un símbolo por allá, unos cuantos números también. Es un proceso tedioso, y es tentador hacer lo mínimo indispensable para quitarse la molestia de en medio. Muchos lo hacemos, al menos. Pero ahora que un año nuevo se aproxima, es hora de mejorar; ha llegado el momento de revisar tus contraseñas para asegurarte de que te protejan como deben.
¿Por qué (casi todas) las contraseñas son deficientes?
Ya sabemos que casi todos usamos contraseñas terribles; un hacker necesita ¡un segundo! para descifrarlas. Dos segundos si está cansado. Estamos terminando el 2021 y decenas de millones de personas aún recurren a los grandes clásicos, como “qwerty”, “password” y “123456789”. Hemos llegado al punto en que algunas compañías tecbnológicas han considerado simplemente dejar de usar contraseñas.
“Intentamos facilitarnos las cosas. A menudo confiamos en palabras y frases conocidas y personales”, explica Vasu Jakkal de Microsoft en una publicación de blog en la que defiende un futuro sin contraseñas.» Una de nuestras encuestas recientes reveló que el 15 por ciento de las personas usan los nombres de sus mascotas como inspiración para sus contraseñas. Otras respuestas comunes incluyeron apellidos y fechas importantes, como cumpleaños. También encontramos que una de cada 10 personas admitió haber reutilizado las contraseñas en varios sitios diferentes, y el 40 por ciento dice haber recurrido a una fórmula para sus contraseñas, como otoño2021, que con el tiempo se convierte en invierno2021 o primavera2022″. Jakkal agregó que “las contraseñas débiles son el punto de entrada para la mayoría de los ataques a cuentas de empresas y consumidores. Cada segundo ocurre la impresionante cantidad de 579 ataques – es decir, 18 mil millones cada año”.
Alternativas a las contraseñas
La solución de Microsoft es simple. Evita usar contraseñas si es necesario y adopta medios alternativos, como una aplicación de autenticación. Es un paso hacia un futuro sin contraseñas; Apple y Google también van por ese camino. Pero hay otro argumento para reforzar tus contraseñas. Sí, quizá estés más seguro dejando las contraseñas y cambiando por completo a una aplicación de autenticación o clave de seguridad, pero no todos los servicios te ofrecerán esa opción.
Cómo auditar tus contraseñas
La buena noticia es que auditar tus contraseñas es bastante fácil, siempre y cuando las guardes en el navegador o en el sistema operativo de tu teléfono. Chrome, por ejemplo, cuenta con una herramienta incorporada para revisar todas las contraseñas. Alguien con muchas contraseñas tardará alrededor de una hora en hacerlo, y es muy fácil de usar. El sistema te alerta cuando hay contraseñas repetidas, te avisa cuando hay contraseñas fáciles de adivinar y las contraseñas pirateadas se destacan. En muchos de los casos, Google te dará acceso directo al cambio de contraseña en el sitio afectado. Apple ofrece un servicio similar con el llavero de iCloud en las versiones más recientes de iOS y macOS.
Usa un administrador de contraseñas
Al hablar de crear contraseñas nuevas, lo mejor que puedes hacer es recurrir a esas molestas pero indescifrables contraseñas generadas automáticamente. Tu navegador puede hacerlo, aunque una extensión especial para eso podría ser mejor. También debes considerar un administrador de contraseñas poderoso como LastPass o 1Password para obtener una experiencia más sólida y multiplataforma.
Las contraseñas pueden ser algo fastidioso y complicado, pero te puedes arrepentir de usar las incorrectas por mera conveniencia. Podrías arriesgar tu privacidad, perder el acceso a tus cuentas y hasta dinero. Si resolver los potenciales peligros está fuera de tu alcance, es mejor tomarte algo de tiempo y empezar el año con el regalo de la tranquilidad.