Un equipo internacional de científicos publicó un estudio en Nature Astrology sobre la actividad del agua en las nubes de Venus.
Como conclusión principal, la investigación señala que la concentración efectiva de moléculas de agua en las nubes de Venus es demasiado pequeña para mantener vida como la que se conoce en la Tierra.
“No hemos descubierto que el nivel de agua esté ligeramente por debajo de lo que necesitan los organismos más extremos, sino que es 100 veces más bajo de lo que haría falta”, explicó John E. Hallsworth, líder del estudio.
La sorpresa corre por cuenta de Júpiter, que demostró que sus nubes tienen una concentración de agua lo suficientemente alta y una temperatura adecuada para que, en teoría, sobrevivan organismos extremófilos.
“No estoy sugiriendo que haya vida microbiana en Júpiter porque tendría que tener también otros requisitos, como la presencia de los nutrientes adecuados, y no es suficiente con que haya agua y la temperatura adecuada, pero se trata de un resultado inesperado y emocionante”, aclara Hallsworth, investigador de la Universidad de la Reina de Belfast.
El análisis de los expertos también se ha extendido a otros planetas del sistema solar. En Marte, la formación de hielo de agua impone una actividad acuosa igual o inferior a 0.537, ligeramente por debajo del rango habitable.
En el caso de Júpiter, por ejemplo, su atmósfera tiene una actividad de agua biológicamente permisiva superior a 0.585 para temperaturas de entre -10 y +40 grados Celsius, aunque existen factores como la disponibilidad de nutrientes o altos niveles de radiación que pueden limitar la habitabilidad.